El Partido Socialista Frente Amplio (PS- FA) cumplió 84 años de existencia. Fue fundado en mayo de 1926. Hasta los sesenta, luego de los liberales y los conservadores, constituía la tercera fuerza política del Ecuador.
Durante las dictaduras de esa década y los 70 ejerció influencia en sindicatos, movimientos campesino e indígenas, en el magisterio y dentro de las universidades. Pero en el proceso de reconstrucción democrática, desde 1978, no ha tenido fuerza electoral optando por una política de alianzas para llegar al poder.
Una de ellas es la que sus principales dirigentes concretaron en el 2006, al ofrecerle el casillero del partido (lista 17) a Rafael Correa, entonces candidato presidencial.
Así también, en esa alianza, consiguieron dos de sus cinco curules en la Asamblea Nacional, con los nombres de Pedro de la Cruz y Marisol Peñafiel. Tomás Zeballos llegó en un acuerdo con Sociedad Patriótica. Silvia Salgado y Eduardo Encalada, corrieron solo con la fuerza del PS- FA.
Manuel Salgado, candidato a la Presidencia en 1984, y ex vicepresidente del Congreso, dice que no se les puede imponer incondicionalidad a Correa.
“Fuimos el único aliado y uno decisivo en su triunfo. Si no hubiéramos prestado nuestro casillero electoral no se habría inscrito la candidatura”. Esto ocurrió luego de la ruptura de León Roldós, alejado desde el 2002 y quien en el 2006 se candidatizó a la Presidente por la RED, con la ID.
Salgado dice que por la alianza con Correa, el PS- FA pagó un precio alto. Su presidenta Guadalupe Larriva, fue la primera ministra de Defensa del país y falleció en un accidente aviatorio, el 24 de enero del 2007.
Casi cuatro años después, la tensión provocada por las diferentes visiones respecto al acuerdo con el Gobierno, ya se siente.
Un ala del partido, comandada por Enrique Ayala Mora y Víctor Granda, entre otros, exige mantener el respaldo, pero desde una postura crítica. Mientras, otro sector se muestra más cercano, manteniendo altos cargos, que según ha trascendido se aceptaron a título personal y no como una cuota para los socialistas.
Esta ala, entre el 12 y 13 de julio, a través de un comunicado de prensa, criticó a quienes según aseguran, mantienen “una abierta campaña de oposición al Gobierno progresista y de izquierda”.
Rafael Quintero, subsecretario de la Cancillería y esposo de la Ministra de Cultura, firmó el texto.
En la Asamblea también se han visibilizado las diferencias. En marzo, los socialistas se apartaron del bloque oficialista por desacuerdos en la Ley de Aguas.
Pero en los últimos meses, De la Cruz y Peñafiel han vuelto a Alianza País. Asistieron a la sesión del domingo 25 de julio, en la que el bloque no dio quórum y el proyecto de Ley de Hidrocarburos pasó por el Ministerio de la Ley.
Pese a ello, en estas semanas, el colectivo se ha recompuesto. A excepción de Zeballos, los cuatro legisladores han votado juntos, a favor por ejemplo, de leyes como Educación Superior y Código de Ordenamiento Territorial.
Ayala Mora, quien ha sido legislador en cuatro ocasiones y vicepresidente del Congreso, dice no haber sido una marioneta del partido. Pero sí disciplinado.
Lamenta la actitud de Zeballos. “no lo acuso de ser miembro de PSP, pero siempre toma decisiones individuales”. También critica a Peñafiel, por haber dicho que es cercana a la Fenocin y no socialista. “No la acuso, pero sí le pido ser más clara, para comenzar con sus electores imbabureños. Quienes no desean estar en el partido socialista que no estén, pero que no vivan en la ambiguedad”.
El historiador Germán Rodas recuerda que el PS-FA siempre ha tenido una base social y popular. Pero además trae a la memoria un hecho: en la década de los 50 aparece el Placismo (gobierno de Galo Plaza), que al ofrecer cargos de modo individual los dividió.
Aunque, prefiere que los lectores analicen si una división parecida por la entrega de cargos a título personal se pudiera estar reeditando en las filas socialistas.
“No firmamos un cheque en blanco. Si el Gobierno oyera menos a Alexis Mera, ex socialcristiano, y a los Alvarado, que no son para nada de izquierda, tendría una conducta más adecuada y sensible a la lucha social y popular”, señala. Y pone sobre el tapete divergencias con el presidente Correa.
“Dice representar a una nueva izquierda que no es anti nada. Ni anticapitalista ni anti imperialista”, cuestiona y parafrasea a Simón Bolívar: “Los EE.UU. parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria a nombre de la libertad”.
Ayala Mora es enfático al puntualizar que el Partido Socialista ha sido plural siempre. Así es en Chile, Brasil y en Francia.
Subraya que no es un partido uniforme, que tienen diferencias. “Eso ha permitido que los principales creadores intelectuales sean socialistas sin ser castrados. Hay discrepancias de toda índole y no solo dos fracciones”.
Los socialistas esperan el congreso de septiembre, en Portoviejo, para elegir a la nueva directiva nacional y definir posturas. Aunque todos repiten que no le harán el juego a la derecha.