Si bien la teoría del golpe funcionó en los organismos internacionales, internamente es aceptada por menos de la mitad de la población, si se dan por válidas las cifras de varias encuestadoras, incluidas las que proveen de datos al Gobierno.
Las encuestas también dicen que buena parte de entrevistados cree que la presencia del presidente Rafael Correa en el Regimiento Quito fue imprudente. Pese a ello, todas las cifras señalan que la calificación de su gestión repuntó. Se atribuye a que el Gobierno logró revertir una situación adversa y en ese sentido logró manejar la crisis en el momento que se presentó.
¿Cuánto la ha manejado? Hasta hoy ha tomado una serie de medidas compensatorias, punitivas y preventivas con el fin de controlar la situación. Pero si de verdad quiere hablar de pos-conflicto, el Ejecutivo debe revisar en serio el modo en que reparte y ejerce el poder. Es posible que un estilo tan personalista haya quitado responsabilidades a los miembros del numeroso gabinete, al punto que el Presidente actúa sin fusibles.
Sin obviar a las otras instituciones llamadas a equilibrar el poder pero que están cooptadas, el futuro depende mucho de cómo actúe la Asamblea. Cerrar filas es normal frente a una amenaza, pero si la mayoría de asambleístas sigue actuando igual, aunque hoy lo haga contra el ‘golpismo’ y al calor de las encuestas, los líos subsistirán.