El presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo hoy que los hechos ocurridos el 30 de septiembre del 2010 durante una revuelta policial que fue calificada como un intento de golpe de Estado, fueron aclarados por una misión de Naciones Unidas que visitó el país esta semana para analizar esos sucesos.
“Ahora está más claro que el agua: un presidente agredido, retenido y rescatado por las fuerzas armadas bajo las balas”, dijo hoy Correa en el informe de labores de cada sábado.
La misión de la ONU, presidida por Oscar Fernández, subsecretario general para Asuntos Políticos de las Naciones Unidas, en un informe emitido tras su visita esta semana a Quito, concluyó que los hechos del 30 de septiembre del 2010 “constituyeron un intento de desestabilización y una amenaza al orden constitucional y democrático del Ecuador”.
Además indicó que los hechos “generaron alarma en la región e internacionalmente, por la posibilidad de que pudiesen culminar en un golpe de Estado”. Fernández estuvo en el país por tres días para recoger versiones, testimonios y documentos sobre la sublevación policial e informarse sobre el impacto que los mismos han tenido en la democracia y el Estado de derecho en el Ecuador.
El funcionario expresó satisfacción al conocer los esfuerzos de investigación por parte de la justicia ecuatoriana sobre los sucesos y exhortó a “completar los procesos judiciales en curso respetando el debido proceso”.
El enviado reiteró el compromiso de Naciones Unidas con la democracia y el Estado de derecho como marcos fundamentales para que las sociedades puedan desarrollarse de forma sostenible y así realizar la plena vigencia de todos los derechos humanos.
El 30 de septiembre del 2010 un grupo de policías se sublevó, Correa estuvo retenido en un hospital policial de donde tuvo que ser rescatado en un operativo especial. Según el gobierno ese día hubo un intento de magnicidio y un intento de golpe de Estado.