El voto facultativo de los jóvenes de 16 a 18 años se registro desde muy temprano en el valle de Los Chillos. A las 07:15, Gabriela Domínguez, de 17 años, sufragó en el recinto electoral del Colegio Juan de Salinas, en la mesa número 22.
Mientras que a las 08:00, Brenda Guerrero, de 17 años, lo hizo en la Escuela Teodoro Wolf, en la junta receptora número 9.
Ellas forman parte de los 554 888 jóvenes de 16 a 18 años que pueden votar en este proceso electoral.
Pero el derecho al voto de los menores de los 18 años es catalogado, por el sociólogo Daniel Granda, como “una ligereza y una novelería”.
Agrega que “es un manipuleo del universo electoral de los jóvenes, pues entre los 16 y 18 años son tremendamente influenciables por la opinión de sus padres, maestros, amigos, vecinos…”.
Sin embargo, esa opinión es rechazada por Gabriela y Brenda, pues dicen que tienen la madurez suficiente para ejercer su voto y que por eso madrugaron.