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Medios: el Frankenstein puede ser inoperante

Se trata de una ley que nació en la misma Ciudad Alfaro y a la que los funcionarios y asambleístas más radicales de AP han dedicado sus mejores esfuerzos. Sin embargo, no están del todo errados quienes estiman que la tentativa por contar con una ley controladora y castigadora contra los medios privados corre el riesgo de ser disfuncional y obsoleta.

Después de un mes de “socialización”, AP intentará sumar los votos necesarios para aprobarla. Pero lo que se intentará aprobar será un sistema de regulación y sanción producto de una hibridación que puede ser impracticable.

Dado que no existían precedentes para regular a los medios que no dependen de concesiones de frecuencias por parte del Estado, los legisladores incluyeron una normativa de la Ley de Radiodifusión y Televisión con la cual el Estado ha venido regulando la concesión y el uso de las concesiones del espacio radioeléctrico.

De este modo, se da al Consejo de Comunicación la posibilidad de control y sanción a “los medios de comunicación que no sean concesionarios de un título habilitante para la prestación de servicios de comunicación audiovisual”. Si esta es la gran novedad con la cual los asambleístas quieren innovar la legislación mundial sobre medios, debieran advertir que pronto se toparán con demandas locales y externas por violentar los derechos que se ofreció respetar en el acuerdo de diciembre.

Es poco viable un Consejo de Comunicación que reemplace la labor autorreguladora de los consejos de prensa privados . Eso, sin tomar en cuenta su dependencia política del Ejecutivo, que actuará como juez y parte al tener bajo su control los mal llamados medios públicos. Hay que imaginarse cómo actuaría el Consejo frente al actual abuso del Gobierno, cuando utilizando dineros públicos y canales supuestamente públicos ataca a los medios privados.

¿Hace falta ley para cumplir un propósito tan predecible a través de una operación tan engorrosa? Obviamente no. ¿Y qué decir del gran desfase de la ley con el desarrollo de los medios electrónicos y audiovisuales que no pueden regular ni siquiera los estados más controladores? El Frankenstein puede ser disfuncional.