El Directorio de El Telégrafo decidió, ayer, encargar la dirección del diario a Max García, quien lideraba el proyecto para crear un diario estatal, de corte popular. También resolvió que Carol Murillo se mantenga como subdirectora.
Este Diario conoció, extraoficialmente, esta resolución. De hecho, el nombre de García aparecerá en los créditos, como director, desde mañana, señaló una fuente del periódico.
Carol Murillo estuvo ayer en las oficinas principales del periódico estatal, en el centro de Guayaquil. El objetivo era reunirse con los miembros del Directorio de este medio.
Este encuentro se dio en el contexto de una incertidumbre interna generada tras la salida de tres jefes: el jueves pasado fue el director Rubén Montoya.
Al día siguiente, David Sosa, editor de la edición dominical, presentó su renuncia y, ayer, se oficializó el despido de Mariuxi León, editora de las secciones Diversidad y Zona Ciudadana.
Extraoficialmente, se conoció que Murillo llegó para conocer los alcances que tendrían aceptar el cargo de directora. Pero, ello no prosperó. Actualmente, ella trabaja en Quito.
Ni Carol Murillo ni Eduardo Intriago, gerente general de El Telégrafo, respondieron a las llamadas de este Diario, para conocer más detalles de las decisiones que se tomaron ayer.
Mientras se desarrollaba esta reunión, en las redacciones de Guayaquil y Quito la expectativa se mantenía. No hay declaraciones públicas por temor a que pues surjan nuevos despidos. Por eso, trabajan “con el dolor de las últimas bajas”, dijo una fuente que prefirió la reserva.
En la red social Facebook sigue como una plataforma para debatir lo que ocurre en el interior de El Telégrafo. Allí periodistas y ex colaboradores cuestionan la censura que se hizo a la nota de Mariuxi León, la noche del sábado anterior.
Incluso, han planteado llevar su reclamo al Consejo de Participación Ciudadana, en Quito. Pues creen que su libertad de expresión fue coartada.