La decisión del gobierno de Ecuador de otorgar asilo político al fundador y dueño de Wikileaks, Julián Assange generó reacciones encontradas en la capital británica. Mientras el gobierno de David Cameron rechazaba y lamentaba la decisión, decenas de simpatizantes de Assange llegaron hasta la embajada para expresar su respaldo al gobierno de Rafael Correa y al propio periodista australiano.
El secretario de Relaciones Exteriores, William Hague dijo que su gobierno se siente decepcionado con la decisión ecuatoriana de asilar Assange, quien es solicitado en extradición por la justicia de Suecia para que responda por delitos de acoso sexual.
Aseguró que su gobierno venía realizando reuniones periódicas con funcionarios del ejecutivo ecuatoriano, con el fin de avanzar en la búsqueda de una solución diplomática que le permitiera a Inglaterra cumplir con el pedido de extradición de Suecia y al mismo tiempo, garantizar a la embajada suramericana que el proceso contra Assange se estaba realizando a la luz del derecho internacional.
“ Ya habíamos realizado 7 reuniones diferentes porque nosotros estamos en la obligación de cumplir con el pedido de extradición de Suecia, por eso consideramos que esta decisión es volver hacía atrás”, enfatizó el funcionario británico.
Aseguró además que el Reino Unido no es parte en todos los instrumentos jurídicos que los obligan a reconocer la concesión de asilo diplomático de una embajada extranjera en este país, y acentuó con estas afirmaciones el debate sobre si el Reino Unido podría o no ingresar a la fuerza a la sede de la embajada en Londres y arrestar a Julián Assange.
El gobierno británico había sugerido que podría usar la llamada ley de recintos diplomáticos y consulares de 1987, que permite revocar el estatus diplomático de una embajada en su territorio si considera que se está violando la ley internacional, lo que avalaría el ingreso de la policía y el arresto del dueño de wikileaks.
“Creo que es muy poco probable, al punto de ser inconcebible que la policía vaya a entrar a la embajada. El Reino Unido podría, si así lo desea, poner fin a las relaciones diplomáticas con Ecuador y expulsar a los diplomáticos, quienes por este caso de Assange, serían vulnerables, ya que no habría más una embajada allí, pero creo que es muy poco probable”, dijo a El Comercio, el Profesor Chris Brown del Departamento de Relaciones Internacionales del London School of Economics.
Agregó que, las relaciones diplomáticas entre los dos países seguirán muy limitadas y con algunas dificultades como de hecho se vienen registrando desde que Assange ingresó con intención de asilo a la sede diplomática de Ecuador hace ya dos meses.
“ Estoy seguro de que Assange podrán disfrutar de su tiempo en Ecuador, donde podrá puede tomar ventaja del profundo apego que dice tener el Presidente Correa a la libertad de expresión y de prensa, pero no va a ser fácil que llegue allá”, dijo el profesor Brown.
Por su parte Charles Tannock, Portavoz de relaciones exteriores del partido conservador británico, dijo que para que el Reino Unido pueda usar esa ley tendría no sólo que romper relaciones con Ecuador sino desconocerlo como Estado y evidentemente no hay un argumento para hacerlo.
“ El sólo hecho de romper relaciones con un país no le da el derecho de ingresar por la fuerza a una sede diplomática. Yo creo que aunque no nos guste la decisión lo único que hay que hacer es respetar la soberanía del gobierno ecuatoriano y esperar que Julián Assange se canse de vivir y dormir en una oficina”, aseguró Tannock.
Agregó que éste es un acaso excepcional para la política exterior británica, ya que no existe en su historia un pedido de asilo político en una embajada de cualquier país en Londres.
“ Critico la decisión porque Suecia tiene un sistema de justicia muy avanzado, es decir que no existe ningún peligro para Julián Assange como el que se argumenta en la decisión ecuatoriana. Tampoco en Estados Unidos podría ser condenado a pena de muerte porque la ley internacional europea lo prohíbe y el país que reciba un extraditado nuestro debe cumplirla”, explicó Tannock, quien además tiene asiento en el Parlamento Europeo en representación de Londres.
Mientras tanto decenas de simpatizantes del dueño de Wikileaks continuaron hasta altas horas de la noche a las afueras de la sede diplomática ecuatoriana, ubicada en el exclusivo sector de Knightsbridge justo al lado de la famosa tienda Harrods.
Activistas y manifestantes latinos y europeos gritaban y portaban consignas en español y en inglés para demostrar su apoyo a Ecuador y a Assange.
Con carteles con leyendas como ” we are all Assange”, todos somos Assange y “Stand with Ecuador” de pie con Ecuador, representantes de organizaciones civiles y ciudadanos del común, esperaban que se produjera algún movimiento en el interior de la sede diplomática ecuatoriana que ha estado custodiada por la policía británica desde que el periodista australiano ingreso, pero cuya presencia ha sido reforzada en las últimas horas por cuenta del asilo.
” Yo estoy aquí porque admiro la decisión de Ecuador. Julian Assange es sólo un periodista que investiga y nos cuenta lo que los demás no”, aseguró Clara Campos, enfermera chilena, jubilada, quien llegó hace más de 30 años al Reino Unido huyendo de la dictadura de Pinochet.
” Esto es un tema de libertad de expresión y de respeto al derecho internacional, por más que quiera, el gobierno británico no puede hacer nada diferente a esperar”, aseguró a El Comercio, Jimmy Current activista irlandés, a favor de la decisión ecuatoriana.