Once de junio del 2010. Un tribunal condenó a Francisco ‘Pancho’ Pérez, columnista del diario venezolano El Carabobeño, a 45 meses de prisión y al pago de una multa de 780 000 bolívares (USD 180 000).
Esa no fue su única sanción. Además, fue inhabilitado profesional y políticamente por injuria y ofensa a un funcionario público. Pérez había acusado en su columna al oficialista Edgardo Parra, alcalde de Valencia, capital del estado de Carabobo, del supuesto delito de nepotismo.
En respuesta, el funcionario demandó al periodista y este fue sancionado por la justicia venezolana. El caso de Pérez fue considerado emblemático por la Federación Internacional de Periodistas (FIP) en el 2010, un año en el cual la libertad de expresión sufrió más retrocesos en Venezuela y en otros países de la región.
“Se trata de una sentencia brutal e inaceptable que tiene pocos precedentes internacionales, pues contiene cuatro sanciones en una”, señaló entonces el secretario general de la FIP, Aidan White. La FIP, además, manifestó, en ese entonces, su “gran preocupación” por “el clima hostil en el que desarrollan su trabajo medios y periodistas” de la República Bolivariana de Venezuela.
Al caso de Pérez se sumó la denuncia que presentaron el Colegio Nacional de Periodistas y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa de Venezuela ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos.
Ambos gremios informaron, el 29 de agosto, de 113 agresiones a periodistas hasta esa fecha del 2010. La presión a los medios privados se deriva de la intención del presidente venezolano, Hugo Chávez, de “controlar las ideas e imponer el silencio”, conforme lo manifestó la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en su informe del año pasado.
Esa presión del gobernante bolivariano se hizo más evidente con el presidente del canal privado Globovisión, Guillermo Zuloaga, quien ha afrontado el hostigamiento policial y judicial.
Venezuela no es el único agujero gris para la libertad de expresión en el continente, según el informe que sacó a la luz la Sociedad Interamericana de Prensa, que realizó su 66ª Asamblea General, en Mérida (México), entre el 5 y el 9 de noviembre pasados, y que resolvió declarar el 2011 como Año por la Libertad de Expresión en el continente.
En el caso de Ecuador, por ejemplo, la organización enfatizó en particular lo ocurrido alrededor de los sucesos durante la sublevación policial y militar el 30 de septiembre del año pasado.
“Las amenazas contra la libertad de expresión, que continuaron durante los últimos meses, se redoblaron a partir del 30 de septiembre, día en que la Policía Nacional y parte de la Fuerza Aérea se sublevaron contra el presidente Rafael Correa”, se manifestó en el reporte sobre el Ecuador.
En ese informe se agregó: “Ese día se ordenó a todos los medios de comunicación que suspendieran sus transmisiones y retransmitieran la cadena oficial ‘ininterrumpida e indefinida’, con lo cual los ciudadanos solo pudieron conocer la versión del Régimen” sobre los sucesos.
Además, se mencionaron las agresiones que sufrieron los periodistas durante la cobertura de la insubordinación uniformada.
Según la organización Fundamedios, que también realiza un monitoreo de la libertad de expresión en el país, unos 50 periodistas y fotógrafos sufrieron agresiones y amenazas durante la insubordinación. Ese hecho ha sido considerado por otras organizaciones como el punto más crítico de las amenazas a la libertad de información y de expresión en el país durante el año pasado.
La Sociedad Interamericana de Prensa también cuestionó la “agresiva” campaña del Gobierno contra los medios de comunicación, que se exhibió a lo largo del Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010, en junio y julio pasados. En esos ‘spots’ se difundía la necesidad de que en el país rija una Ley de Comunicación.
Además de Venezuela y Ecuador, Bolivia también muestra retrocesos en la libertad de expresión. La aprobación de la Ley contra el Racismo y la Discriminación fue el hecho más controversial en Bolivia, pues la norma da pie a suspender la circulación de los medios que no estén alineados con Evo Morales.
Adicionalmente, uno de los artículos faculta la aplicación del Código Penal a los periodistas, una medida que volvió papel mojado la vigente Ley de Imprenta y la autorregulación.
¿Cuáles son las causas de ese estado de cosas? El periodista colombiano Omar Rincón esbozó una tesis, que excluye un retroceso o un avance de la libertad de expresión. “Lo que está sucediendo es una reinvención que no sabemos para dónde va porque no existen parámetros, en la medida que hay un cambio fundamental en el mundo… Un cambio que ha hecho que los gobiernos de derecha e izquierda, como los de Silvio Berlusconi y Nicolás Sarkozy, estén más obsesionados por comunicar que por gobernar”.
En la región, también impactó lo que acontece en Honduras y México, donde persisten amenazas y ataques a medios de prensa y a periodistas por parte de la delincuencia organizada.