El liberalismo perdió fuerza partidista

En  el salón del inmueble de una planta, de   la  calle Alejandro Andrade E4- 297 y av.  12 de Octubre, en Quito, se reunían  200 afiliados del Partido Liberal Radical Ecuatoriano (PLRE), hasta los ochenta.

 Lo recuerda un ex dirigente Armando Pareja, quien tiene 76 años y se afilió hace 56 a esta tienda, que se abanderó de los principios de la Revolución Liberal, que hoy cumple 115 años.

Pareja se afilió junto a Blasco Peñaherrera, quien llegó a ser vicepresidente de la República en una alianza con el socialcristiano León Febres Cordero (1984 a  1988). Esto, a través del Frente de Reconstrucción Nacional.

 

Ahora el partido no tiene sede. Desde mayo del 2008, en el terreno  se instaló el  Consejo Metropolitano de Protección Integral a la Niñez y Adolescencia.

 El Municipio  expropió el sitio  que construyó la agrupación  hace 50 años. Ahora, las esporádicas reuniones se  realizan en el Swissotel (la última fue hace dos meses) y en oficinas particulares.

En varias  ocasiones, el  antiguo   Tribunal Supremo Electoral extinguió sus derechos políticos.

   En el art. 35 de la antigua Ley Orgánica de Elecciones, se indicaba que una  causa  era no alcanzar el mínimo del 5%  de votos válidos, en las dos últimas votaciones pluripersonales. Lo apunta  Julio Ýépez, director de Organizaciones Políticas del Consejo  Electoral.

  

  Pese a ello, Julio Ponce Arteta sostiene: “Las ideas liberales están  regadas en la sociedad”.

El ex Director del partido tiene 57 años y hace 28 que se afilió. Cree que hace 115 años,   la Revolución de Eloy Alfaro,  marcó un hito en el Ecuador, que abrió  las puertas del progreso  y  que sus  principios siguen vigentes.

 

Entre otros son la separación del Gobierno y la Iglesia: laicismo, la libertad de cultos;  la      igualdad entre hombre y mujer,  el matrimonio civil y  el divorcio...

 

Del liberalismo se heredó  la  conclusión de una obra fundamental: el ferrocarril, que permitió que Quito se incorporara al desarrollo  al unir la Sierra y la Costa. 

    

 Marcelo Moncayo, ex director del PLRE, quien no dice su edad, rememora esas tesis. Repite que la sede del liberalismo está en el alma del ecuatoriano. Aunque reconoce  que el éxito electoral es  necesario, dice que no lo es  todo.

Peñaherrera no es tan idealista. Admite que   una tienda  se debilita cuando no llega a instancias de poder. Pese a ello, nunca se desafilió;   “el partido dejó de existir, pero persiste su ideología”.

 

La crisis del PLRE no es nueva;  tiene   40 años. De su seno, surgieron fuerzas como Izquierda Democrática (1968). Rodrigo Borja la   fundó,   tras desafiliarse de la lista 2. Otros dos partidos  afines  que florecieron fueron el  Frente Radical Alfarista (FRA) y el Partido Demócrata.  Fabián Alarcón, con el FRA, presidió el Congreso y   fue presidente interino de la República, entre 1997 y  1998. 

 

Al principio, esas escisiones no le restaron fuerza electoral. Desde el retorno a la democracia, el PLRE alcanzó escaños en el Legislativo, con  Raúl Clemente Huerta,  ‘el viejo gallo de pelea’ y  Camilo Gallegos,  ministro de Educación  en el Gobierno del PSC.

En la lista de sus ex  diputados constan además  Pedro José Arteta, Carlos  Plaza y Medardo Mora. Antes estuvo Andrés F. Córdova, ex encargado del poder y diputado. En los noventa despuntó   Samuel Belletini. Presidió el Legislativo y    luego se pasó al FRA. 

 

La tendencia  también colocó  a un   alcalde de Quito: Álvaro Pérez, de 1978 a 1983. Alarcón, en 1983, fue Prefecto de Pichincha por el Partido Demócrata. 

 

Para Ponce Arteta, el PLRE se debilitó a raíz de la formación de la ID y del acuerdo con el PSC. Ahora, el partido naranja está en crisis, mientras que el Demócrata y el FRA  dejaron de existir.   

Las últimas jornadas electorales que el PLRE emprendió fue  en apoyo a la candidatura presidencial de Ivonne Baki, en el 2002. La alianza 2-39   tuvo  66 537 votos,  octavo lugar.   

 

Gonzalo Ortiz, militante de  la ID,   dice  que su partido intentó continuar con el proceso transformador de  la Revolución Liberal. Sin embargo, las listas 12 optaron por una  corriente progresista: la socialdemocracia, que tiene orígenes en el socialismo antes que en la tendencia liberal.   

 

Hoy, el gobierno de Rafael Correa reivindica la figura de Eloy Alfaro, como uno de los líderes políticos en los cuales inspira su cambio. De hecho, la Asamblea Constituyente  se realizó en Montecristi, su ciudad natal.

Pero Francisco Huerta,  fundador del Partido Demócrata, dice que se trata de una manipulación de figuras históricas como la de Simón Bolívar, pues este Gobierno   “busca coartar libertades como la de  expresión”.   

Peñaherrera sostiene que se calumnia  la figura de  Alfaro, quien no fue socialista sino liberal.

 

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