En Ecuador, 45 de 124 asambleístas son mujeres. En Guatemala, la relación es de 20 de 128; Paraguay, 10 entre 80 y en Bolivia son 48 de 166.
En el Foro Interparlamentario de las Américas, lideresas como Anunciatta Valdez recordaron la lucha por conseguir la Ley de Cuotas o paridad en la participación política. Pero el problema no es simplemente de números.
Ahora lo importante es incidir en los proyectos que se trabajan en el Legislativo, que después se convierten en leyes.
Un ejemplo: uno de los artículos de la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) garantiza un derecho para las universitarias que deben dejar un semestre por la maternidad, porque tienen que dar a luz. Ellas no pierden la gratuidad de la enseñanza.
Otro de los artículos establece la necesidad de que a la hora de candidatizar y elegir a los rectores y demás autoridades de las universidades se respete la paridad de género, entre otros.
Linda Machuca, presidenta del Grupo de Mujeres Parlamentarias de las Américas, señala que buscan que esa visión de género se mantenga como un eje transversal en todas las leyes. Por eso ve bien que no exista una Comisión de Género en la Asamblea porque cree que en el pasado se ubicaba en ella a quienes interesaba dar el menor protagonismo posible. Era un espacio reducido.
Machuca también destacó un comentario de su coidearia de Alianza País, María Paula Romo. Ella dijo que hay que ser solidarios con los nuevos excluidos, entre ellos los GLBT (gays, lesbianas, bisexuales, transgénero), etc.
Entre el miércoles y jueves, en la Asamblea Nacional se desarrolló el encuentro anual del Grupo de Mujeres Parlamentarias de las Américas. El evento se denominó “Mujeres en el poder: desafíos para el siglo XXI”.
Con la participación de 29 legisladoras de 16 países de la región se trataron temas como La experiencia política desde la diversidad de las mujeres, compartiendo buenas prácticas, el ejercicio del poder desde la vivencia de una mujer política, etc.
La diputada Enoé Uranga, de México, contó que en su país hay un machismo preponderante y además “feminización de la pobreza”. Recordó una experiencia ocurrida hace algunos años cuando no se respetó el derecho de las mujeres a ocupar un lugar en la Función Legislativa.
Ellas colocaron carteles con frases como “esta curul está reservado por ley para una mujer”.
Hubo más frases como: “Estos son quienes le quieren robar su curul a las mujeres”.
De acuerdo con Uranga, los diputados que iban a sentarse en esos lugares pasaron un “bochorno político y mediático”. El objetivo era despertar en la gente la importancia de género.