Lasso inclinó la balanza hacia la derecha en 17 de las 24 provincias

El presidente electo de Ecuador, Guillermo Lasso, en sus primeras declaraciones en el Hotel Dann Carlton, en el norte de Quito. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

El presidente electo de Ecuador, Guillermo Lasso, en sus primeras declaraciones en el Hotel Dann Carlton, en el norte de Quito. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Guillermo Lasso tendrá que afinar su estrategia para gobernar en siete de las 24 provincias del Ecuador. Según la votación del balotaje, estas siete localidades siguen siendo bastión del correísmo.

Se trata de Sucumbíos, Santa Elena, Los Ríos, El Oro, Manabí, Guayas y Esmeraldas, en donde los votos a favor del binomio Andrés Arauz-Carlos Rabascall superaron a los de la primera vuelta electoral.

Lasso, el candidato por la alianza Creo-PSC, no logró romper la tendencia populista que ha venido afianzándose durante 14 años, ni siquiera en su propia provincia: Guayas.

En el caso de Sucumbíos, que es la única amazónica de este grupo, Lasso obtuvo 8,23% la primera vez y ayer escaló a 43,71%, pero no superó la mitad de la votación. Arauz lo logró.

En Santa Elena, Los Ríos y Manabí, el candidato del socialismo del siglo XXI sobrepasó el 60% de votos, mientras que en Esmeraldas, Guayas y El Oro superó el 50%.

Estas siete provincias, principalmente de la Costa, concentran a 6,4 millones de electores, que representan el 49% del padrón electoral.

¿Qué ocurre en estas provincias? La socióloga Natalia Sierra explica que a diferencia de la Sierra, que tiene organizaciones indígenas fuertes, y que votó por Lasso como un voto anti Correa, en la Costa “es un voto que no está organizado por agendas propias, no tiene horizontes ideológicos claros, sino que son maleables ante el clientelismo populista”.

Si bien para Lasso no fue fácil captar el voto en estos territorios, el apoyo logrado en 17 provincias de la Sierra, Amazonía e Insular se tornaron claves para alcanzar la Presidencia.

El derechista logró captar buena parte de la votación de Yaku Pérez, de Pachakutik, y Xavier Hervas, de la Izquierda Democrática (ID).

Para el politólogo Simón Pachano, Lasso dejó su lado conservador y se presentó como una persona más tolerante y abierta a acoger a las minorías. Arauz, en cambio, no pudo desmarcarse de la figura del expresidente Rafael Correa, y mantuvo a la Costa como un bastión, que es más propenso a las “redes clientelares”.

Antes de este 11 de abril, el nuevo mandatario solo tenía aseguradas dos provincias: Pichincha y Galápagos.

Aparte cargaba en su haber dos derrotas de las elecciones presidenciales del 2013 y 2017.

En su debut en el 2013, logró 22,7% de la votación en primera vuelta, es decir, 1 951 102 votos. En esa lid electoral, Rafael Correa prevaleció en una sola vuelta, con 57,2% de sufragios.

En los comicios del 2017, cuando perdió frente al presidente saliente, Lenín Moreno, Lasso obtuvo 4 833 389, que significó el 48,84% de sufragios.

Pero al comparar estos últimos comicios con el que acaba de celebrarse, hay un dato revelador: Lasso acaba de ganar la Presidencia con 208 980 menos votos de los que obtuvo en 2017, con el 98,85% de actas válidas, hasta ayer, a las 17:00.

Esto se debe a la mayor cantidad de votos nulos y ausentismo en las urnas en este 2021.

La victoria de Lasso en la Sierra, en donde su votación era minoritaria, según Pachano, se debe a que la campaña de segunda vuelta fue más inteligente; en cambio, el experto electoral Daniel González destaca que pudo haber incidido su presencia en territorio.

Para el consultor electoral Pablo Córdova, la Sierra, sobre todo el centro, siempre fue un territorio “adverso al correísmo”. En el caso de Pichincha-añade- perdió terreno tras los procesos judiciales que enfrentan políticos afines, como la prefecta de Pichincha, Paola Pabón, o el actual alcalde de Quito, Jorge Yunda.

Otro de los problemas que le pasó factura al correísmo fue involucrar algunas organizaciones políticas y sociales, como Compromiso Social, Centro Democrático, Revolución Ciudadana, en Unes, donde convergen varios colectivos. “Las disputas internas de liderazgo, de poder, de manejo de la provincia, de campaña, no les favoreció y muchas personas se salieron, otras no hicieron campaña; otras, más bien, hasta trataban de boicotear”.

En la Amazonía, a excepción de Sucumbíos, Pérez obtuvo más del 40% de la votación y alentó a sus seguidores a que opten por el voto nulo, que en la primera votación alcanzó el 9,55% y esta vez subió al 16,3%, el más alto desde el 2002.

Pero en vez de anular el voto, en provincias como Napo y Pastaza, más del 70% votó por Guillermo Lasso. Lo mismo se replicó en la Sierra, frente a este voto ideológico.

Córdova cree que, en la Región Amazónica, el correísmo no tiene respaldo por temas como la explotación del Yasuní. Mientras que la directora de Participación Ciudadana, Ruth Hidalgo, señala que un “punto de inflexión” fue el apoyo que Jaime Vargas, presidente de la Conaie, dio a Arauz.

Vargas está investigado por las violentas protestas de octubre de 2019 y que han sido rechazadas, principalmente, en Quito, que fue la más afectada.

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