La Cancillería entrará en un proceso de “reestructuración” que busca profesionalizar a los funcionarios y que ha generado críticas al interior del Ministerio.
El vicecanciller Kintto Lucas informó hoy que el programa de reestructuración busca regionalizar las relaciones internacionales y especializar a los funcionarios de Cancillería.
“Las cancillerías más modernas lo que hacen es tener secretarias especializadas por regiones, como una secretaría especializada en Europa, hacia eso va la cancillería con esta reestructura” , dijo Lucas.
El proceso de reestructuración estará listo en menos de un mes, informó el funcionario. Además, dijo que el objetivo es “fortalecer a la cancillería con el ingreso de nuevo personal porque falta mucha profesionalización en los diplomáticos que no conocen las realidades geopolíticas que nosotros necesitamos conocer y trabajar en este momento” . El programa de reestructuración ha causado críticas de los diplomáticos de carrera quienes a través de un comunicado de prensa expresaron su malestar.
“Esta medida produce un debilitamiento institucional, y moral que afecta al funcionario” , dijo Francisco Martínez, de la Asociación de Diplomáticos.
Los funcionarios también cuestionaron la designación de Lucas como vicecanciller, pues se trata de un periodista uruguayo nacionalizado ecuatoriano hace dos años y es el primer no diplomático de carrera que asume ese cargo.
Según el canciller Ricardo Patiño, Lucas está como encargado, pero no ha puesto una fecha para la designación del titular.
El presidente Rafael Correa ha calificado en varias ocasiones a los diplomáticos de carrera como “momias cocteleras, que lejos de trabajar por el reconocimiento del país en los mercados y políticas extranjeras, se dedican a la etiqueta y al protocolo en las reuniones de gala diplomática en el exterior” .
La cuota política aviva el malestar en la Cancillería
La designación de Kintto Lucas como vicecanciller encargado confirmó una regla que, con el paso de los años, este Gobierno ha logrado imponer dentro de la diplomacia. Es decir, que los cuadros políticos tengan mayor poder en el manejo de las RR.EE., por encima de los funcionarios de carrera.
Lucas, un periodista uruguayo, nacionalizado ecuatoriano hace dos años, es el primer no diplomático que se pone al frente de la segunda autoridad de la Cancillería. Él asegura que lo suyo es un encargo que empezó en mayo. Pero el canciller Ricardo Patiño no ha puesto fecha límite para nombrar al funcionario titular. Es por ello que dentro del Palacio de Najas el descontento es evidente.
El 12 de mayo pasado, las asociaciones de Funcionarios, de Diplomáticos y de los Diplomáticos en Servicio Pasivo enviaron una carta al Canciller para expresar su malestar por las decisiones en el servicio exterior. “Desde hace pocos años (‘) se ha evidenciado el irrespeto a las jerarquías de la carrera diplomática”.
Precisamente, una de esas jerarquías es el cargo de Vicecanciller, que tradicionalmente estuvo destinado a funcionarios de carrera.
La mayoría de gobiernos ha respetado este binomio. En cinco gobiernos hubo 10 cancilleres en total. De ellos, ocho fueron cuotas políticas, pero todos sus vicecancilleres han sido diplomáticos. Esto servía para tener equilibrio y dar continuidad al manejo de la política internacional (ver tabla).
En el gobierno de Rafael Correa, este cargo también fue ocupado por personas con experiencia diplomática: Rafael Paredes, José Valencia y Lautaro Pozo. Hasta la designación de Lucas, que hasta abril se desempeñó como asesor de Patiño.
Según el embajador Miguel Vasco, presidente de la Asociación de Diplomáticos en Servicio Pasivo, el cargo de Vicecanciller ha estado destinado a un diplomático, pues eso ha permitido dar un “aporte técnico al desempeño de los cancilleres que son nombrados por el Ejecutivo. El diplomático tiene la ventaja de que ha hecho una carrera. La experiencia no está en los libros, es de vida y no se debe improvisar”.
Esta profesionalización se consolidaba con la Academia Diplomática. Pero para los presidentes de las tres asociaciones diplomáticas, Rodrigo Yepes, Vasco y Francisco Martínez, el Gobierno ejecuta un “deliberado debilitamiento de instituciones básicas como la Academia”.
Pero para Lucas, su encargo responde a una forma distinta de mirar la política exterior y al proceso de cambio que ha emprendido el canciller Patiño. “Decir que se está politizando la Cancillería creo que es un chiste, porque las relaciones internacionales son políticas. Lo que estamos haciendo es empezar a profesionalizar mucho más el servicio exterior. Hay un estereotipo de que los diplomáticos de carrera pueden manejar todo el servicio exterior, pero nosotros vemos que los diplomáticos no han logrado especializarse por completo”, aseguró Lucas.
Estas modificaciones se iniciaron en el 2009, cuando los cargos que eran destinados a diplomáticos fueron ocupados por técnicos y personal administrativo sin experiencia en la diplomacia. Actualmente, las principales autoridades de la Cancillería son cuota política y solo uno de ellos es diplomático: Leonardo Carrión, encargado de la Subsecretaría de Servicios Consulares.
Esta decisión tuvo su origen en una crítica al servicio exterior que hizo el presidente Correa en diciembre del 2007. El Jefe de Estado los calificó de “momias cocteleras, que lejos de trabajar por el reconocimiento del país en los mercados y políticas extranjeras, se dedican a la etiqueta y al protocolo en las reuniones de gala diplomática en el exterior”.
Por ello se inició un programa de reestructuración. Este proyecto es avalado por la Senplades y busca regionalizar las relaciones internacionales y especializar a los funcionarios de Cancillería.
“Nosotros estamos trabajando políticamente de acuerdo con la Constitución. Estamos haciendo que la gente de las subsecretarías de Relaciones Multilaterales y Bilaterales se distribuya por cada región, como la Unión Europea, América Latina, Asia, etc., de esta forma se logra que haya un conocimiento de las áreas”, dijo Lucas.
Esta reestructuración generó reacciones entre los diplomáticos. “Se crearon gerencias de área, como si esto fuera un banco. Y pusieron a gente que no sabe ni lo que va a hacer”, cuestionó Yepes.