El hacker australiano Julián Assange vive horas bajas en la Embajada ecuatoriana en Londres.
El reducido espacio que tiene a su disposición ha hecho mella en su ánimo, en los casi 60 días de estadía en la legación diplomática, según cuentan sus allegados.
El fundador de WikiLeaks ocupa una de las 12 habitaciones del recinto diplomático, ubicado en el exclusivo barrio de Knightsbridge.
Se trata de un cuarto pequeño, poco ventilado, en la que apenas si caben una cama, una caminadora e implementos de trabajo, según un reporte de la cadena noticiosa NTN 24. Una de las pocas comodidades que tiene a disposición Assange es conexión a Internet, que le sirve para coordinar temas laborales con su equipo de Wikileaks.
No tiene un baño privado. Por eso, según cuentan fuentes diplomáticas ecuatorianas, solo hace pocos días se instaló una ducha cerca de su habitación para que el australiano pueda asearse. La razón: la Embajada está destinada solo para actividades de oficina, ya que ninguno de sus funcionarios pasa la noche allí.
Aunque el diario El País de España reproduce testimonios de personas cercanas al creador de Wikileaks que aseguran que él se encuentra aburrido, su madre ya anticipó que está sometido a un proceso de “estrés sicológico”.
La principal razón: Assange casi no tiene espacio para movilizarse en la legación ecuatoriana. De hecho, en el sitio ni siquiera hay un espacio original destinado para la cocina. Por eso cuentan que, en ocasiones, funcionarios de la Embajada ecuatoriana le llevan algo de comer de los restaurantes de esa zona londinense.
Por el momento no hay plazo para que acabe la incómoda estadía de Assange en la Embajada. Reino Unido ya ha anticipado que no dejará que llegue a Ecuador y que hará lo posible para extaditarlo a Suecia.
En cambio, Ecuador ha anticipado que baraja la opción de ir a la Corte Internacional de La Haya para exigir que el Reino Unido brinde el salvoconducto. Sin embargo, según expertos en temas judiciales, pronostican que ese trámite puede tardar meses o años.
De ahí que es posible que Assange deba seguir por una prolongada temporada como un “pájaro enjaulado”, como lo había dicho su madre Christine.
Assange no sería el primer asilado que tendría que pasar años en medio de las incomodidades propias de su refugio. El cardenal húngaro Jozsef Mindszenty debió permanecer 15 años en la Embajada de EE.UU. en Budapest (1956-1971), antes de que el Régimen comunista le permitiese salir a Austria.
El jueves 16 de agosto de 2012, Ecuador concedió asilo diplomático a Assange al considerar que su vida y su integridad corren riesgo por la publicación de los cables, mientras que este viernes un puñado de manifestantes seguía ante la embajada, vigilada por policías y rodeada de numerosos periodistas.