Juan Carlos Calderón: Recibimos ataques sistemáticos

‘Cuando junto con otros periodistas de diario Expreso revelamos, en junio del 2009, que Fabricio Correa,  hermano del Presidente,  tenía contratos por USD 120 millones con el Gobierno,  creímos que le habíamos hecho un servicio a la sociedad ecuatoriana.  

Desde ese momento recibimos sistemáticos ataques y descalificaciones del presidente Rafael Corea, quien inicialmente defendió los contratos de su hermano, pero a los pocos días dispuso que se terminen unilateralmente.

Paradójicamente,  Fabricio Correa se ha convertido en  el primer fiscal del Gobierno, con la vitrina que le dieron  algunos medios. 

En agosto del 2010 publicamos con Christian Zurita el libro ‘El Gran Hermano’, para contar detalladamente lo de los contratos y lo que ocurrió después. Ese fue un momento de quiebre: sacamos a la palestra pública un tema que estaba sepultado, muy incómodo para el Gobierno.

Lo más grave, sin embargo, fue que nos convertimos en personajes públicos, nos volvimos noticia, mejor dicho el Gobierno nos convirtió en noticia, nos presentó como sus rivales políticos. Es una de las peores cosas que le puede pasar a un  periodista.  

Fue una arremetida brutal, que solo paró el 30 de septiembre, con la insubordinación policial en el Regimiento Quito.

En febrero del 2011, la veeduría ciudadana sacó su informe, estableciendo, entre otras cosas, que el Presidente sí conocía sobre esas contrataciones; lo dijo la veeduría, no nosotros.

Pero a fines de ese mes,   el Presidente nos demandó civilmente por un supuesto daño moral, sosteniendo que debíamos probar que él conocía de los contratos de su hermano. Pero precisamente quien confirmó que  el Presidente sí conocía sobre las contrataciones  fue su hermano Fabricio, en una entrevista que tenemos grabada y presentamos como prueba en el juicio. Para que Fabricio  Correa se defina jurídicamente  le pedimos que testifique pero no acudió al juzgado, lo cual no nos afecta ni nos favorece. Tenemos todas las evidencias  documentales presentadas en el proceso.

Esta experiencia ha sido dura para toda la familia, especialmente para mi esposa y mis hijas. Es como recorrer un extenso desierto, con un armario a cuestas, pero en el camino hemos recibido la solidaridad de mucha gente.

Hoy la pelota sigue en manos de Gobierno, que no la ha soltado para desviar la atención. Yo sí creo en la efectividad de la propagada. En este caso, el Régimen se sacó al toro de encima y lo puso frente a nosotros, que denunciamos un tema de interés público”.

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