Esta vez Rafael Correa no tuvo la oportunidad de cumplir con su ritual de conducir a su huésped de turno al balcón del pretil del Palacio de Carondelet y, desde allí, saludar a cámaras y seguidores.
Ayer, Mahmud Ahmadinejad, se le adelantó. El ingeniero civil que dirige el régimen islámico iraní llegó en un vehículo descapotado, saludando con la señal de la victoria dibujada por sus dedos. Bajó del auto y caminó sonriente por la alfombra roja extendida en la parte lateral del Palacio.
Antes de saludar con su anfitrión, Ahmadinejad cayó en la tentación de asomarse al balcón y coquetear con un grupo de simpatizantes. Tan feliz lucía que parecía estar en segundo plano el plan de embargo petrolero de EE.UU. y la Unión Europea (UE), que ya tiene el apoyo japonés.
El rostro civil del gobierno de los ayatolás, que está empeñado en seguir con su plan de desarrollo de energía nuclear, lanzaba besos y saludos. Después de unos segundos cayó en cuenta que estaba en Quito y que Correa lo esperaba en la puerta del Palacio.
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Se acercó cariñosamente a su homólogo ecuatoriano. Solo en ese momento este pudo cumplir con el ritual de salir al balcón con el visitante. Ahmadinejad tomó de la mano a Correa, con quien dice coincidir en principios para frenar las políticas “expansionistas”. Terminado el saludo subieron hasta el Salón de Banquetes, donde se sirvió el almuerzo en honor a la delegación de Irán.
Ahmadinejad tomó un micrófono y agradeció la hospitalidad de Ecuador, el cuarto país de su gira por A. Latina, que incluyó a Venezuela, Nicaragua y Cuba.
Tras el banquete llegó la cita de Correa y Ahmadinejad, cuyo gobierno ha disparado la tensión con Occidente tras su amenaza de bloquear el Estrecho de Ormuz (Golfo Pérsico) si se concreta el embargo petrolero a su país.
La tensión en Oriente Medio y el estado de las relaciones bilaterales fueron los temas analizados durante casi cinco horas.
Por eso, la rueda de prensa planificada para la tarde solo se celebró a las 21:00, en el Salón Amarillo. Allí, el presidente Correa dejó en claro que su gobierno apoya por completo al Régimen iraní en su disputa con EE.UU. y la UE, alrededor de su plan nuclear.
Empezó por cuestionar a la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), por su informe negativo sobre el plan de energía nuclear persa, que dio pie a las sanciones a Teherán.
“Ese informe concluía que Irán está desarrollando armas nucleares, algo que Irán siempre ha negado y nosotros creemos en el Gobierno de Irán”, prosiguió Correa. Y concluyó que Ecuador se compromete a ser un instrumento de paz. “Irán puede contar con nuestro total apoyo para que se sepa la verdad y no tan solo la propaganda de ciertos países que tienen un doble estándar vergonzozo”.
De inmediato tomó la palabra el visitante iraní, que niega el Holocausto de la Segunda Guerra Mundial y que ha mencionado que Israel debe desaparecer del mapa. Volvió a agradecer a Correa por su hospitalidad y se deshizo en adjetivos para resaltar su “valor” por recibirlo, pese a las advertencias de la Casa Blanca.
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Los occidentales “están buscando a personas subordinadas, que sean suyas. Quien insista (en defender) su soberanía es (para nosotros) una persona amada”.
Luego reveló que en la cita acordaron que Ecuador e Irán formen un grupo para “defenderse” de las agresiones externas. “Hemos llegado a un acuerdo de formar un frente común, con el fin de defender a los derechos indispensables de los pueblos amenazados”.
Por último, el líder iraní lanzó un mensaje a Washington, al anunciar que intensificará sus relaciones con países como Ecuador. “América Latina no será más el patio trasero de EE.UU.”.
De las relaciones comerciales casi no hablaron. Solo dijeron que redoblarán esfuerzos para que rindan mayores resultados. Tras una hora de rueda de prensa la visita terminó. Ahmanidejad dejó el Palacio igual de sonriente, aunque ya casi sin gente a la cual saludar en el pretil de Carondelet.
Concertación rechaza la visita
El grupo político Concertación rechazó la visita del presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, a Ecuador. Ayer, desde la Asamblea Nacional, esta agrupación representada por Juan Carlos Solines habló de su repudio a la visita. “Es una afrenta esta visita por su trato inhumano, los ataques a los medios, la carrera armamentista. Exigimos que Correa explique al pueblo la conveniencia de su presencia en el país”, dijo Solines, recordando que en Irán hay más de 100 medios de comunicación clausurados. “No queremos seguir en esa senda”, señaló.
El legislador del PSP, Fausto Cobo, utilizó el refrán “dime con quién andas y te diré quién eres”. “Si recibo con abrazos a un gobernante que declara públicamente su intención genocida, que quiere desaparecer a Israel…, qué quiere decir”.
El independiente Enrique Herrería dijo que ese país, Corea del Norte y Siria no reconocen los DD.HH. En la rueda de prensa estuvo gente que protestó simbólicamente en contra de Ahmadinejad.