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La Conferencia Episcopal Ecuatoriana ratificó ayer su postura sobre la insubordinación policial y militar del 30 de septiembre pasado. Los obispos pidieron a las fuerzas políticas del país que cedan en sus posiciones para impulsar el diálogo. El encargado de difundir ese pronunciamiento fue el monseñor Antonio Arregui, arzobispo de Guayaquil y presidente de la Conferencia Episcopal. Arregui aseguró que la Iglesia lamenta “ los disturbios y la violencia, con el saldo doloroso de pérdida de vidas humanas, de heridos y de familias destrozadas… Así como también el choque entre hermanos, la fractura social y la inestabilidad política creada”, que dejó la sublevación uniformada del 30 de septiembre.Monseñor Arregui expresó que no puede justificarse la insubordinación y el irrespeto al orden constitucional, así como tampoco la agresión contra el presidente de la República, Rafael Correa.Asimismo, manifestó que los obispos se comprometen a la búsqueda “sincera de la reconciliación y de la fraternidad”. Señaló, además, que la Iglesia se siente como sembradora de paz y que para alcanzarla se debe superar las inequidades, la pobreza, así como abrir el diálogo. “Evitar el fraccionamiento de la sociedad en grupos irreconciliables, a través de la acción pastoral”. En el comunicado también se hace un llamado a la serenidad a todos los elementos que componen la sociedad, especialmente a los políticos y a los jóvenes. En la rueda de prensa también se dio a conocer el beneplácito de los obispos por la designación de Raúl Vela Chiriboga como cardenal del Ecuador. Hoy es la posesión de monseñor Fausto Trávez Trávez, como arzobispo de Quito y primado del Ecuador.