Humala es clave en la agenda bilateral y regional de Ecuador

El gobierno de Rafael Correa siente que el resultado electoral en el Perú fortalecerá su agenda bilateral y sus proyectos regionales.

Aunque el presidente Correa había dicho que tendría buenas relaciones con cualquiera de los finalistas, deslizó su afinidad ideológica con Ollanta Humala, quien resultó ganador.

“Es un tipo auténtico, de izquierda, ideológicamente tenemos mucha cercanía”, fueron las palabras que pronunció Correa en abril, luego de la primera vuelta electoral peruana.

Y ayer, desde el balneario de Salinas, el Gobierno ratificó su postura, al señalar que el perfil de Ollanta Humala es el que mejor le sienta a su agenda regional.

En esa ciudad, durante el encuentro entre Correa y su par venezolano, Hugo Chávez, ambos telefonearon al futuro gobernante peruano, para felicitarlo.

En ese marco, aprovecharon la ocasión para invitar al Presidente electo a sumarse al proyecto de integración que empujan. “(Le dieron la) bienvenida al proceso de integración sudamericana y latinoamericana”, dijo el canciller Ricardo Patiño. Según el Jefe de la diplomacia ecuatoriana, “se lo recibirá con mucho gusto”.

Correa y Chávez, junto con los gobiernos de Cuba, Bolivia y Nicaragua, empujan la Alianza Bolivariana para las Américas (Alba), con un sentido crítico contra los EE.UU. y el libre comercio.

Sin embargo, todavía no está claro si Humala se adherirá a este tipo de iniciativas. En campaña, señaló que su prioridad en la región será estrechar relaciones con Brasilia y que unirse a la Alba no figura entre sus planes. “No es nuestra intención entrar a la Alba u otro mecanismo en este momento, sino afirmarnos en un proceso más integral como es Unasur, y consolidar la CAN”.

Sin embargo, Javier Diez-Canseco, congresista electo por el partido de Humala, ya dejó entrever que se puede tener buenas relaciones con ese bloque.

A pesar de que Humala moderó su discurso y se alejó del bolivarianismo, del que es parte Quito, Ecuador confía en que la afinidad ideológica con Correa también permitirá mantener la fluidez en la relación bilateral.

Diego Ribadeneira, embajador ecuatoriano en Lima, explica que esa sintonía política permitirá que se profundicen más las relaciones, que ya tuvieron un impulso importante en la gestión del saliente Alan García. “Las relaciones con Ecuador continuarán en excelente estado (...) Correa y Humala tienen una afinidad ideológica y comparten su preocupación por la pobreza crítica que afecta a muchos sectores de la población fronteriza, la más perjudicada en los tiempos de la separación con Perú”.

En teoría, al Gobierno ecuatoriano no le inquieta que el pasado y discurso militar de Humala pueda opacar la paz suscrita en Brasilia en 1998. Su argumento es que con ese acuerdo y con el último cruce de cartas reversales que fijan el límite marítimo, no habrá temas pendientes a futuro. “El Perú y Ecuador no tienen ningún tema fronterizo pendiente ni en materia territorial ni marítima. Eso garantiza un futuro despejado y promisorio”, afirma el embajador Ribadeneira.

Esa opinión es compartida por Luis Narváez, ex embajador ecuatoriano en Perú. Recuerda que en el 2005 tuvo la oportunidad de conversar con Humala, cuando este impulsaba su primera candidatura presidencial.

“Me dijo que el tema ecuatoriano-peruano está concluido. Y que no hay elementos que puedan generar recelos ni conflictos bilaterales en el futuro”.

Según Narváez, en las actuales circunstancias, lo normal es que la agenda bilateral entre Quito y Lima se profundice. Entre otras razones, porque están en marcha proyectos de cooperación y desarrollo en la zona fronteriza.

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