Creo que Ecuador actuó correctamente en la concesión del asilo diplomático a Julián Assange. Las condiciones para hacerlo estaban dadas: persecución política y riesgo real e inminente de su vida.
Los instrumentos internacionales así lo establecen. Es más, no había razón para que el Gobierno demorase esta decisión.
Sin embargo, no soy optimista en que el Reino Unido conceda el salvoconducto necesario para el creador de Wikileaks pueda salir de ese país y llegar a Ecuador.
La decisión de Ecuador de conceder el asilo diplomático constituye una defensa al principio de libre expresión y comunicación, que Assange defiende a través de la divulgación de información a través de Wikileaks.
Por lo demás es inconcebible que el Reino Unido haya pretendido usar la fuerza para extraditar a Assange, interviniendo en nuestra Embajada en Londres.
Es inaceptable ese tipo de advertencias para el Ecuador y para todos los países de América Latina. Y, en general, para todos los países suscriptores de la Convención de Viena.