Bajo una llovizna, los simpatizantes escucharon al candidato en la avenida de La Democracia. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
La militancia de Creo recibió la noche de este lunes 3 de abril del 2017 a su presidenciable Guillermo Lasso en los exteriores de la Delegación Electoral de Guayas, en el norte de Guayaquil.
Bajo una llovizna, los simpatizantes escucharon al candidato en la avenida de La Democracia, cuyos dos carriles estuvieron inundados por la intensa lluvia que cayó sobre la ciudad.
Entre gritos de “el pueblo unido jamás será vencido” y “fuera Lenín fuera” los simpatizantes se escuchaban en la jornada. Muchos usaron paraguas, ponchos de agua y bajo carpas que se instalaron en el sitio. Muchos de ellos estuvieron desde la mañana de hoy para “vigilar” se respete la voluntad expresada en las urnas y que, a su criterio, beneficia a Lasso.
En el lugar se ubicó un vehículo-tarima. Ahí el director nacional de Creo, César Monge, pidió a los militantes “seguir con la batalla” para impedir un supuesto fraude.
Monge en su discurso criticó al oficialismo y reiteró que impugnarán todas las actas con inconsistencias y que, dijo, perjudican a Lasso y favorecen al candidato de Alianza País (AP), Lenín Moreno.
El postulante de la alianza Creo-SUMA llegó pasadas las 20:30. En su intervención le dijo a los asistentes que tienen la obligación de actuar con serenidad y paz a “pesar de que no hay justicia por parte de quienes quieren violentar la voluntad popular“.
Lasso reiteró que no pueden aceptar los resultados porque “son fraudulentos”. El público le respondió gritando “reconteo“.
Lasso le explicó a la militancia que en la mañana estuvo reunido con los observadores de la Organización de Estados Americanos. Sin embargo indicó que luego, desde ese organismo, se felicitaba a Lenín Moreno.
Lasso pidió a sus seguidores que no caigan en provocaciones y así evitaran agresiones.
Varios de los postulantes estuvieron en el lugar con su vestimenta empapada. “vamos a exigir se respete el voto mayoritario que fue por el cambio”, anotó Luisa Franco, quien contó que llegó desde la Alborada para respaldar a Creo.