En Guayaquil la oposición está en el centro de la ciudad

En la parroquia Ximena.   Cientos de guayaquileños acudieron al Colegio Cayetano Tarruel, en el sur,  el sábado 7 de mayo para votar.

En la parroquia Ximena. Cientos de guayaquileños acudieron al Colegio Cayetano Tarruel, en el sur, el sábado 7 de mayo para votar.

Los resultados de la consulta popular en Guayaquil varían según el sector de la urbe. A pesar de que el Sí ganó en nueve de las 10 preguntas -perdió en el tema de los casinos- estos resultados no se dieron de forma unificada en todas las parroquias y varían según el sector y estrato social provenientes.

Así, la oposición del Gobierno concentró su electorado en el centro de Guayaquil. En las parroquias Ayacucho, Roca y Rocafuerte, donde el No venció en las 10 preguntas. La diferencia entre tendencias varía del 1 al 21%. Sin embargo, su incidencia en el padrón global de la provincia no tuvo peso, ya que representan el 3,6% del electorado.

En este sentido fueron las tres parroquias con mayor número de votantes las que definieron los escrutinios en Guayaquil. Estas fueron la Tarqui, que es la más poblada con un padrón de 503 101 personas, y abarca las invasiones del noroeste de la urbe y también las ciudadelas de Los Ceibos, Urdesa y Kennedy. En este sector hay electores de estratos económicos alto y bajo. En segundo y tercer lugares, según el padrón electoral, están las parroquias Ximena y Febres Cordero. En conjunto representan el 42,6% de los votantes de Guayaquil. Ahí tuvo apoyo la propuesta oficial.

La importancia del Puerto Principal en un proceso electoral radica en su padrón: es la ciudad con más votantes y concentra el 15,53% (1 733 923) de los votos.

Para Gina Godoy, asambleísta de Alianza País, la diversidad de niveles económicos se reflejó en los resultados. Además, sostuvo que el triunfo del Sí no se debe solo a la campaña electoral, sino también a las visitas semanales del presidente Correa y a las reuniones con las bases de Alianza País. “Nuestros partidarios de Guayaquil se dan cuenta de que hay un interés particular por mirar sus realidades”, dijo.

Así, un día antes del cierre de campaña (3 de mayo), cinco ministros se concentraron en la urbe y por la noche, sobre una tarima, el presidente Rafael Correa argumentó a favor de las 10 preguntas, en la avenida 9 de Octubre, centro de la ciudad.

Otra lectura es la que da Henry Raad, miembro de la Nueva Junta Cívica del Puerto Principal. “Hoy en día Guayaquil no ve con desagrado a Correa porque el Gobierno ha invertido en la ciudad. Ese era el capricho del Presidente: tener Guayaquil”. También sostiene que la victoria del Sí se debió a la falta de líderes. “Alianza País hizo una campaña buena, contra nadie del otro lado”. Históricamente en Guayaquil el factor indígena no pesa y el alcalde Jaime Nebot no hizo campaña puerta a puerta como en el pasado. “Mientras no haya otro líder en Guayaquil seguirá pasando lo mismo; esta plaza está vacía”, comentó.

Precisamente esta falta de un líder de oposición en la campaña incidió también en los resultados del sector rural. Las cinco parroquias rurales de Guayaquil le dijeron Sí a las 10 interrogantes.

La distancia entre ambas tendencias es de un 25,8% en promedio. Entre estas se encuentran la parroquia Ximena, que abarca el sur de Guayaquil y mezcla electores de estratos bajos y medio. La Febres Cordero que incluye el Suburbio oeste, que en su mayoría es de clase baja y Posorja, que es la más poblada de estas parroquias con 12 519 electores. Sus resultados contribuyeron al triunfo de la propuesta oficialista.

Sin embargo, para Cynthia Viteri, asambleísta de Madera de Guerrero, “eso de que Guayaquil es el nuevo ‘bastión del Gobierno’ es solamente para reírse”. Sostiene que la prueba de esto será cuando haya elecciones personales, no con preguntas mentirosas ni a través de una campaña desigual. “Ahí se definirá el apoyo”.

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