¿Golpes similares en Ecuador y Honduras?
Ecuador fue el único país que se opuso a que Honduras regresara a la Organización de Estados Americanos (OEA). Esa nación había sido expulsada en 2009 del organismo, por el golpe militar contra Manuel Zelaya.
Ese hecho tuvo rasgos similares a los de abril del 2005, en Quito, cuando Lucio Gutiérrez fue sacado de la Presidencia. Al igual que Zelaya, Gutiérrez fue sustituido con una figura que, legalmente, ha sido cuestionada internamente, sin que el episodio tuviera una sanción del foro hemisférico.
La posición del gobierno de Rafael Correa en el seno de la OEA se enfocó en señalar que no se ha castigado a los golpistas hondureños, sin voltear a ver al caso ecuatoriano del 2005.
María Isabel Salvador, representante del país ante la OEA, descarta que haya un doble discurso del Gobierno sobre esos hechos. Si bien admite algunos rasgos parecidos, asegura que “las diferencias son enormes” y, por lo tanto, no cabe una comparación.
A continuación presentamos un cuadro comparativo de los hechos que rodearon ambas caídas.
La situación política
La crisis estalló el 8 de diciembre del 2004, cuando la mayoría legislativa de Lucio Gutiérrez disolvió la Corte Suprema. Al entonces Presidente se lo responsabilizó de violar la Constitución a través del Congreso. El hecho levantó críticas de todos los sectores del país, que exigían que se diera una solución a la crisis institucional. Pese a las manifestaciones no hubo rectificaciones. Al contrario, la conocida ‘Pichi Corte’ absolvió al ex mandatario Abdalá Bucaram, asilado en Panamá. Ante la presión social, en abril del 2005, Gutiérrez cometió otra ilegalidad: disolver la ‘Pichi Corte’.
El remezón se inició cuando Manuel Zelaya planteó su idea de llamar a una consulta popular para instalar una Asamblea Constituyente que redacte una nueva Constitución. El planteamiento fue declarado ilegal por la Corte y la autoridad electoral, pues atentaba contra principios de la Constitución. La oposición acusó a Zelaya de querer imitar los modelos de los gobiernos aliados de Ecuador y Venezuela, para permitir la reelección presidencial, prohibida en Honduras. Pese a la negativa legal, Zelaya convocó a una encuesta para preguntar sobre su propuesta constituyente.
El golpe de Estado
El descontento popular se enfocó en Quito. A través de los micrófonos de radio La Luna, se convocó a protestas focalizadas en el norte de la ciudad, que se denominaron de los ‘forajidos’. El 20 de abril las protestas se desbordaron. En ese momento la cúpula de las FF.AA. tomó la decisión de “quitar el respaldo” al entonces Presidente. Aunque Gutiérrez estaba en Carondelet, la oposición legislativa declaró que había “abandonado el poder” y posicionó al vicepresidente Alfredo Palacio como gobernante. Gutiérrez fue sacado de la Casa de Gobierno por los militares en un helicóptero.
La polémica encuesta desató el golpe militar. Dejando de lado los órganos regulares, Zelaya encargó al Instituto de Estadísticas celebrar la consulta, que fue declarada como ilegal por la Corte de Justicia y el Tribunal Electoral. A pesar de ello, el Mandatario siguió con su plan, que encontró la resistencia de las FF.AA. La cúpula del Ejército se negó a distribuir las papeletas de la consulta, amparados en la resolución de la Corte. La víspera del 28 de junio, día de la encuesta, fuerzas militares irrumpieron en su domicilio. Apuntado con un fusil, fue sacado en pijama y trasladado a Costa Rica.
La actuación de la OEA
Alfredo Palacio nombró a sus primeros ministros, entre los que figuraba Rafael Correa (Economía). El principal desafío fue obtener el reconocimiento internacional, en especial de la OEA y EE.UU. Ante la interrupción del mandato, el organismo envió una misión a examinar la situación del país. Después de varias reuniones con los diferentes actores, el organismo decidió no sancionar al Ecuador por el quebranto democrático. Esta decisión se dio pese a que Celso Amorim, canciller de Brasil, dijo que la destitución “no estuvo de acuerdo con el texto de la Constitución”.
La forma en que se concretó el golpe de Estado alertó de inmediato a la comunidad internacional, que condenó la forma en que se sacó del poder a Zelaya. Los gobiernos de la región demandaron su restitución inmediata del poder, a cargo del presidente del Congreso, Roberto Micheletti. Del mismo modo se pronunció la OEA, cuyo Secretario General fue a Tegucigalpa a “exigir” que se restableciera el orden constitucional, en medio del caos del país. Sin embargo, todos estos pedidos no tuvieron éxito y, como medida de presión, la OEA resolvió expulsar a Honduras de su seno.
La transición
Ya con el reconocimiento internacional, el gobierno de Palacio armó su equipo completo. Planteó ir a una Asamblea Constituyente, que fue bloqueada por los partidos políticos en el Congreso. Ante el fracaso de su propuesta, el gobernante se planteó como reto conducir un proceso electoral transparente para la elección de las nuevas autoridades. La autoridad electoral impidió a Lucio Gutiérrez participar en esos comicios generales, bajo el argumento de que sería una reelección, por entonces prohibida. Rafael Correa ganó la elección en segunda vuelta a Álvaro Noboa.
Micheletti se justificó en las elecciones generales de noviembre del 2009 para no dejar el poder. Por eso se comprometió a organizar un proceso transparente, que conduzca a la elección del nuevo mandatario. En la contienda resultó vencedor Porfirio Lobo, quien no fue reconocido por la mayoría de la comunidad internacional. Pocos países, como Perú, dieron legitimidad al nuevo Mandatario. Luego de la mediación de los presidentes Hugo Chávez (Venezuela) y Juan Manuel Santos (Colombia), Lobo y Zelaya llegaron a un acuerdo, que permitió el regreso de Honduras a la OEA.