La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, una de las más influyentes del país andino, convocó a una movilización nacional “Por la vida” que se iniciará el 8 de marzo con una marcha desde la ciudad amazónica de Zamora, al sur del país, a la que se irán juntando adeptos desde las demás capitales provinciales y concluirá el 22 de marzo en Quito.
Por su parte, el partido oficialista Alianza País ha convocado a un encuentro multitudinario el 8 de marzo en Quito en la plaza de la Independencia a propósito del día de la Mujer.
Pero además Correa dijo: “vamos a estar preparados hasta el 22 o el 23 de marzo para que nos encuentren más firmes que nunca” . El mandatario y varios funcionarios del gobierno han calificado a las movilizaciones como “intentos desestabilizadores” , mientras que los convocantes niegan tener ese objetivo y afirman que se trata de una marcha por la defensa de los recursos naturales. Las dos movilizaciones marcan el inicio de un año electoral, una vez que el Consejo Electoral decidió hace pocos días, que las elecciones presidenciales se realizarán en febrero del 2013.
Correa ha dicho que decidirá en junio de este año si aceptará o no ir a la reelección, mientras la oposición no cuenta con líderes claros. Las movilizaciones además ocurren en medio del conflicto entre el gobierno y los medios privados y tras el perdón anunciado el 27 de febrero por Correa a los directivos del diario El Universo y al exeditor de Opinión del rotativo quienes fueron sentenciados a 3 años de prisión y a pagar una multa de 40 millones de dólares por supuestas injurias contra el mandatario.
Según el analista y profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) , Santiago Basabe, las movilizaciones “son como un termómetro social…para ver cómo reacciona la gente, el presidente, qué dicen los medios, ver las posibles alianzas” . El analista estimó “una exageración” considerar a estas protestas como intentos de desestabilización como afirma el gobierno.
“El país no está en los niveles de enfrentamiento de Venezuela o de Bolivia en su tiempo, además el presidente Correa todavía sigue gozando de un importantísimo apoyo ciudadano y la oposición es bien diversa y poco contundente” , expresó a ANSA.
El mandatario compara a las marchas con las realizadas el año anterior en Bolivia contra el presidente Evo Morales y en especial critica que en la marcha estén incluidos junto con los indígenas “que son un grupo minoritario” a empresarios y grupos de derecha.
Orlando Pérez, director del diario público El Telégrafo no encuentra “razones de peso que expliquen una movilización de los grupos sociales porque no hay un motivo de fondo” . Entonces, según Pérez,”se trata de un empezar la campaña electoral, es calentar motores en una supuesta confrontación política a partir de unos argumentos no muy claros”.
Según Pérez “no existen razones esctructurales o una crisis en el país, por lo tanto la pelea política se traslada a un plano filosófico donde la gente y sus necesidades e intereses se queda en un tercer lugar” . Y en ese sentido, afirma que “el movimiento indígena se encuentra en una crisis muy fuerte -que lamento mucho- porque se alejó de las luchas por intereses nacionales y ahora se han reducido a luchas muy puntuales” . “Parece que hay una falta de congruencia de los actores políticos que están en contra del gobierno y el gobierno asume esta disputa como una medición de fuerzas para también colocar sus tesis en el debate político” , expresó Pérez.
Además calificó “como un error estratégico muy grave” del movimiento indígena “el haber escogido como enemigo a Correa, a quien debería considerarlo un aliado y acercarse a las cámaras de la producción, a los grupos de centroizquierda…es un error escoger mal a su enemigo, se están cavando su propia tumba política” .