De acuerdo con los resultados matemáticos, las elecciones del 23 de febrero significaron un repunte para los grupos de oposición. El nuevo mapa poselectoral muestra que las conquistas más importantes se ubican en, al menos, 11 lugares.
Estos son Quito, Guayaquil, las ciudades manabitas de Portoviejo y Manta, y Riobamba. También, están las prefecturas de Esmeraldas, Cotopaxi, Orellana, Loja y Zamora Chinchipe. Finalmente, las prefecturas de Azuay y Cuenca; así como la de El Oro y Machala.
SIn embargo, desde una lectura política, no es posible concluir aún si estos espacios se traducirán en focos de confrontación con el Régimen.
De hecho, la invitación que extendió el presidente Rafael Correa hace dos semanas tuvo un ánimo más bien conciliador, por lo que, a excepción, de los alcaldes Jaime Nebot y Carlos Falquez hijo, la mayoría de los candidatos triunfadores almorzó en Carondelet.
El más fotografiado fue Mauricio Rodas, alcalde electo de Quito. Incluso el brindis con Correa ocasionó una baja sensible en SUMA, su movimiento político. El único asambleísta de esta tienda, Ramiro Aguilar, señaló que él reivindica un espacio legítimo de mayor confrontación política con el Presidente, dada la delicada situación democrática que, en su criterio, vive el país.
No obstante, Rodas ha dicho que resultará más beneficioso para los quiteños una relación respetuosa y de colaboración con el Gobierno, pero con “absoluta independencia”.
¿Una oposición frontal o una más bien ‘light’? El analista político Sebastián Mantilla disecciona este dilema. Él mira con cierto entusiasmo que el Gobierno, “puntualmente a través de la Vicepresidencia”, esté buscando un acercamiento con estas fuerzas no oficialistas.
La posición del Régimen y de los futuros alcaldes y prefectos es pragmática. “Ambos sectores saben que la gente los quiere trabajando juntos”. Esta relación, explica el analista, fluye con mayor facilidad en las regiones más pequeñas, donde el peso político de la camiseta es menor al de ciudades como Quito y Guayaquil.
Siete años después de una relación tirante, las diferencias entre el alcalde Nebot y el Presidente parecen irreconciliables. Por eso, el Partido Social Cristiano, una vez que tenga en sus manos los resultados oficiales de estos comicios, determinará la línea política a seguir. La idea, explica el dirigente Pascual del Cioppo, es defender los resultados del modelo exitoso de Guayaquil y Machala, porque “el siguiente paso es llegar a la Presidencia”.
Tal y como ya lo señaló en días pasados el asambleísta Luis Fernando Torres, Del Cioppo insiste en que hay que trabajar desde la oposición para impulsar la candidatura de Nebot. Es decir, que el anhelo del PSC es que la gestión del Alcalde guayaquileño tenga esa proyección nacional.
Sin embargo, el prefecto Jimmy Jairala, que ganó la reelección con Alianza País-Centro Democrático, mantendrá una estrecha colaboración con el Gobierno para que su fuerza en Guayas no retroceda.
En Manabí, pese a que sus dos ciudades más pobladas se fueron con SUMA, no se vislumbra espacios fuertes de oposición. Para Jorge Zambrano (Manta) y Agustín Casanova (Portoviejo), este es el momento “de ponerse la camiseta” de sus cantones.
Este último dice que su prioridad será “trabajar duro para que el sistema de corrupción” que vive la capital manabita se rompa. Y en esa ruta, la coordinación con el Gobierno será muy importante.
Zambrano parte de la misma premisa. “La relación, no del Alcalde sino de Manta, con el Gobierno debe ser excelente”. “Una vez que se ganaron las elecciones, la camiseta política tiene que archivarse momentáneamente, y hay que ponerse la camiseta del cantón”.
Con más o menos palabras, estos dos alcaldes electos de SUMA coinciden con su principal líder, Mauricio Rodas, en que una buena relación significa un gana-gana para todos. ¿Este movimiento, entonces juega a la oposición light? La carta de separación de Aguilar así lo dejaba entrever.
Asimismo, el analista Sebastián Mantilla insiste en que las lógicas locales son muy distintas a las nacionales. Para él, las buenas relaciones con el Ejecutivo no deben ser un impedimento para que las agrupaciones políticas no crezcan y traten de fortalecerse. “Es de entender que no se enfrenten al Presidente, pero su obligación es construir partidos sólidos y tomarse en serio la posibilidad de ser una alternativa de poder”. Mantilla sugiere sumar los votos opositores en Quito, Guayaquil, Azuay, Manta… “Todos estos, en conjunto, pueden dar paso a una legítima transición en el 2017”.
De momento, solo el PSC se muestra interesado en ese frente opositor con rostro presidencial. En Azuay, donde el Prefecto y el Alcalde de Cuenca, no son de Alianza País, priorizan un trabajo concertado con el Régimen “pero con respeto y dignidad”. Así lo señala la viceprefecta electa por la Participa-Igualdad, Cecilia Alvarado, tras advertir que uno de los primeros pasos que se dará en Azuay es un diálogo provincial amplio para sentar bases de una política pública.
La izquierda representada por Pachakutik se reunirá el 3 y 4 de abril para definir su posición frente al Régimen. Según los dirigentes indígenas, hay que mantener firmeza en algunos puntos como la Ley de Aguas. Además, el prefecto reelecto de Zamora, Salvador Quishpe, insiste en que el “no a la gran minería” debe ser un punto de inflexión. De igual forma, la situación judicial de dirigentes políticos como Cléver Jiménez o Pepe Acacho, para Pachakutik, amerita “la unidad de las izquierdas”.
La asambleísta Lourdes Tibán quiere que se los respalde y se vigile el triunfo de Lucía Sosa en Esmeraldas. Sin tomar en cuenta el complejo momento que viven sus líderes, ella no ve cercano un diálogo abierto con Correa.
En contexto
En relación al 2009, el oficialismo tuvo un importante retroceso en ciudades consideradas un bastión político: Quito y Cuenca. Asimismo, ensayó alianzas regionales en provincias como Manabí y El Oro que no fueron del todo exitosas. Avanza es un aliado.
Haga clic aquí para ver la infografía.
[[OBJECT]]