En Carondelet cayó como una bomba que Domingo Paredes, titular del Consejo Nacional Electoral, informase el miércoles a la Asamblea que Alianza País tenía el 49,8% de firmas válidas y no fuera preciso con las firmas inválidas.
La onda expansiva de esa bomba alcanzó al Ministerio de Coordinación de la Política, que estaba dirigido por Betty Tola.
La razón: en la Presidencia no existían las alertas de esa presentación, que derrumbó la tesis de que A. País era el único grupo que no estaba salpicado por el caso de adhesiones irregulares. Las cifras entregadas por el CNE habían dejado sin piso las expresiones de Rafael Correa, que el 28 de julio había dicho que el porcentaje de firmas con fallas no superaría el 4%.
En Carondelet, la molestia con Tola radicó en la falta de coordinación con la Función Electoral, que es una de las tareas del Ministerio de la Política.
“El Ministerio es la entidad coordina los procesos políticos institucionales del Ejecutivo con las demás funciones del Estado”, señala textualmente la misión de ese organismo.
De ahí que la molestia se agudizó por tratarse de un tema sensible como el de las firmas adulteradas, del cual el presidente Correa se había abanderado.
De hecho, dos días antes de la presentación de esas cifras en la Asamblea Nacional, Correa había desempolvado su discurso antipartidos para llamar a una “vigilia ciudadana”.
Por eso en las oficinas del Palacio de Gobierno se comenta que estaba justificada la incomodidad presidencial con la falta de acción de Tola en el tema.
De hecho, antes de la comparecencia de Domingo Paredes, no existió contacto desde el Ministerio de la Política con el CNE, pese a que las relaciones en Carondelet son fluidas. Paredes fue titular de la Secretaría del Agua desde abril del 2010 hasta mediados del 2011.
Ni funcionarios de esa Cartera de Estado ni Tola tuvieron diálogos con el titular de la Función Electoral, para coordinar cómo se manejarían los datos de la revisión del 10% de firmas de las organizaciones registradas.
Esa falta de articulación entre Política y el CNE también se vio reflejada en el Pleno de la Asamblea, el miércoles.
Los asambleístas de Alianza País quedaron desencajados cuando vieron que su porcentaje de firmas inválidas rebasaba a ciertos partidos.
“Estaban sorprendidos, quedaron conmocionados por los resultados. No supieron cómo responder”, recuerda el legislador Enrique Herrería, quien estuvo ese día en el Plenario.
La molestia de Correa quedó expresada en el mismo recinto legislativo, el viernes 10. La parte final de su informe de la nación fue dedicada a expresar su malestar por las estadísticas relevadas por el Consejo.
Incluso mencionó que A. País podría enjuiciar a los consejeros por el “daño” ocasionado. No obstante, evitó responsabilizar públicamente a Tola. Ella ya había presentado su renuncia y él esperaba firmar el Decreto Ejecutivo 1265 para aceptársela.