El caricaturista Bonil presenta este 28 de noviembre de 2017 su libro ‘Prohibido olvidar… meeee’. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO.
Xavier Bonilla ‘Bonil’ presenta su libro ‘Prohibido olvidar… meeee’ este 28 de noviembre del 2017, en la Universidad Andina Simón Bolívar, en Quito. El público está invitado al salón Espejo, a partir de las 18:30.
El título de la publicación hace alusión –con un toque de picardía- a una de las frases que caracterizó al anterior presidente Rafael Correa: “Prohibido Olvidar”. Bonil seleccionó los trazos que precisamente -a su juicio- no pueden borrarse de la memoria colectiva y que en su momento abordaron temas vinculados a la libertad de expresión, la economía, la política.
¿Cómo las caricaturas influyen en el ejercicio de la libertad de expresión?
Curiosamente uno piensa que el humor te permite sortear ciertas restricciones. Normalmente ha sido así. Pero en estos años también ha sido sancionado.
¿Con qué efectos?
En general el humor, los chistes, los cachos, las caricaturas, en los regímenes más restrictivos, tienen un mayor impacto.
Precisamente cuando aumentan la mordaza, aumenta también la mordacidad. A través del chiste, la gente siente una especie de reivindicación. Es un triunfo imaginario sobre el prepotente.
¿Qué característica hace que la caricatura sea considerada un género de opinión y no de información?
En la caricatura, lo que uno presenta es una situación ficticia. Nunca hemos visto a Rafael Correa con un cetro ni con una corona en la cabeza, pero esa imagen que es pura ficción es refrendada por el lector que dice: esto conlleva una verdad. En los géneros de información uno se ciñe más al equilibrio, la veracidad; cuándo pasó, quién lo hizo.
¿Una caricatura puede tener límites?
¿Por qué debemos pensar en los límites? Nadie pregunta cuáles son los límites del arquitecto, o los límites del futbolista. Nadie le pregunta a un pintor cuáles son sus límites. El hecho de preguntar cuáles son implica que debería existir un límite. Es una pregunta que ha escala global se hizo a partir del caso de Charlie Hebdo. Que nace a raíz de la presunción de que al caricaturista se le fue la mano, pasó un límite que no debía pasar y que más o menos se merecía el castigo. Pero yo siempre pregunto, quién traspasó el límite; el caricaturista irreverente o el asesino que aplastó el gatillo. El que traspasa el límite es el asesino. Algo que no se puede irrespetar no es la religión sino el derecho a la vida de un ser humano.
¿Es posible hacer caricaturas ‘socialmente responsables’?
Me gustaría saber primero qué es lo socialmente responsable. Yo soy responsable de mis actos, de lo que dibujo. Tú eres responsable de lo que interpretas. No puedo saber cómo los lectores van a interpretar un dibujo. Lo mismo pasa en WhatsApp. Uno escribe y le contestan ¡por qué tan bravito!. Lo leen en el tono de ellos. Se ha impuesto últimamente una exacerbación del derecho a sentirse ofendido. Y quien lo hace merece un castigo.
¿En qué medida la Ley de Comunicación ha influido en el desarrollo de expresiones como la caricatura?
Unas cuatro veces me llevaron al patíbulo imaginario de las sabatinas (de Rafael Correa). Da para pensar que a uno le pueden condicionar el oficio. Siempre va a depender de la respuesta personal del individuo. En mi caso, como estoy convencido de que la caricatura es el mejor modo de expresar desacuerdos, seguí resistiendo y tratando de disipar ese moscardón negro que es la autocensura.
¿Cómo se puede rectificar una caricatura? La Supercom dispuso que lo haga con una relacionada con el allanamiento policial a Fernando Villavicencio
No se había visto que mandaran a rectificar un dibujo. Más aún, nunca dijeron qué era lo que había que rectificar. Entonces, sentí una luz divina que me hizo ver que el allanamiento policial se hizo con total pulcritud policial, que se respetó la cadena de custodia, que entraron cordiales y educados. Eso fue lo que dibujé.
¿Cómo se construyen las caricaturas de Bonil?
Leo y veo la mayoría de fuentes de información. Antes me despertaba muy temprano para ver los noticieros en vivo, pero ahora reviso desde las 09:00 los portales y las redes sociales, que es otra fuente de percepciones. Generalmente para ahorrar papel hago los bocetos en la cabeza. Y dibujo en iPad, de tal manera que ya he salvado unos 100 árboles en estos 10 años.