Un televisor Panasonic de 20 pulgadas suena fuerte. Enfrente, dos sillas plásticas para los hermanos Danna (11) y Christopher (9). Su madre, Sonia Cañizares, sabe que de 15:00 a 15:30 el control remoto es de los niños; aunque la abuela María se enoje porque quiere ver su novela.
Sintonizan Ecuavisa. La imagen está distorsionada por la vetustez del aparato y los rostros de los presentadores de la revista familiar de la hora parecen de caricatura.
A las 14:55 está por concluir el debate del día: el ‘bullying’. Habla un presentador, otro, hablan todos… no llegan a una conclusión.
Pero no importa. Es miércoles; Danna y Christopher se alistan para ‘TVeo en clase’, uno de los cinco programas de Educa, Televisión para aprender, del Ministerio de Educación. Están al aire desde el 1 de octubre en 12 canales -públicos y privados-. Son 30 minutos por capítulo, en varios horarios de 15:00 a 19:00.
Cuatro son de producción nacional, contratados por Compras Públicas. Uno es argentino, cedido por la Asociación de Televisiones Educativas y Culturales de Iberoamérica. Todos se metieron en la hora educativa, fijada en el art. 59, literal d, de la Ley de Radiodifusión y Televisión.
El tema de ese día fue Deberes y derechos. “Hola a todas y todos”, es el saludo al estilo del presidente Rafael Correa, quien mira el techo carcomido de la casa de Danna desde la pared. El póster, autografiado con una frase de la Revolución Ciudadana, está colgado como una reliquia en la sala.
En el guión de Educa, una de sus metas es conectarse con los planes de educación inicial, básica y bachillerato. Objetivo similar al de su antecesor ‘Aprendamos’, una serie de capacitación para adultos del Municipio de Guayaquil, que cumplirá 10 años.
Pero Educa aún no se enchufa del todo con el aula. Mónica Maruri, gerenta del proyecto, explica que en el plan ante la Senplades se fijó“la producción de programas y elaborar fichas que ayuden al docente a introducirlos en el aula”. Pese a ello, aclara que “no es educación formal”. “No son contenidos obligatorios”.
Poca conexión con el aula
En una visita a 10 planteles de Guayaquil, solo en uno los maestros hablan de Educa en clase. Y es justo la Escuela República de Francia, donde estudia Danna.
María Ortiz, su profesora, interrumpe la hora de lenguaje. “¿Quiénes ven Educa?”. Más de medio salón alza la mano. “¿Y quién ve esos programas de patadas y pelea?”. Cinco son sinceros, mantienen la mano en alto.
“El programa refuerza conocimientos en historia, matemática, geografía… pero sería bueno que los temas estén a la par con los planes de clase”, sugiere la docente.
En otros planteles poco o nada conocen de Educa. “Algunos chicos lo ven por su cuenta”, dice Perpetua Laurido, del Colegio Guayaquil. “Los chicos lo ven, pero no tenemos una planificación de esos programas”, agrega Miguel Caicedo, rector del Ati II Pillahuaso.
Y el martes, cuando la programación cumplió ochos semanas en la parrilla, el vicerrector del Vicente Rocafuerte, Óscar Mejía, tuvo su primer contacto con ‘Mi Ecuador querido’, una comedia de dos migrantes que retornan de España y hablan de valores. No contuvo la risa. “Está interesante, haré que lo vean en clases”.
En la web del Ministerio de Educación hay cinco guías metodológicas y fichas por capítulo, con actividades y preguntas. Pero no han llegado a los pupitres.
A más de la falta de información, la profesora Zoila Ochoa suma otro antagonista: la cultura televisiva. “Los niños están acostumbrados a ‘Futurama’, ‘Los Simpsons’, ‘Nobita’, programas de antivalores. Incluir programación educativa será un proceso largo”.
El ‘rating’
Ya van casi 15 minutos de ‘TVeo en clase’ y Christopher comienza a distraerse. Reconoce que más le atraen los dibujos animados.
Danna está atenta. “Derecho al Buen vivir o Sumak Kawsay”, “Constitución en casa”, “derecho a la libertad de expresión”… son frases del programa. Ella asiente con la cabeza. “Eso ya lo oí”.
En la presentación de los primeros 120 programas, en septiembre, la ministra de Educación, Gloria Vidal, dijo que invirtieron USD 8 millones en Educa. El secretario de Comunicación, Fernando Alvarado, elogió el proyecto diciendo que sería “la revolución educativa en la TV”.
En Ecuavisa, en noviembre, Educa ha captado 12 086 televidentes en Guayaquil y 13 771 en Quito, según Karina Medina, gerenta de Programación. Prefiere no hablar de ‘rating’, pero reconoce que cuando aparece Educa la audiencia “decae un poco”. “Hay que tomar en cuenta la competencia. Igual apoyamos al producto por su excelente calidad”.
Mónica Maruri dice que aún no contratan una medición de ‘ratings’ con la firma Ibope. Y opta por no dar los reportes de los canales, pues los considera parciales.
Para demostrar el éxito de Educa, asegura que en el 2013 incluirán temas de educación vial, títeres, ‘bullying’ con otras seis productoras. “Al país le faltan buenos contenidos en TV”, dice Maruri.
Son las 15:30 y Educa se termina en Ecuavisa. Sin cortes, le sigue una novela juvenil. Christopher deja la silla para su abuela. A ella y a Danna les gusta verla juntas.