El presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Cordero, no posó en la foto final de la Cumbre Mundial de Legisladores que se llevó a cabo en Río de Janeiro del 15 al 17 de junio, organizada y financiada por Globe International y que ha congregado a casi 300 legisladores de 85 países del mundo.
“Lamentablemente estas reuniones pueden convertirse en retórica combinada con conciencia culposa que ayudan a que se discuta mucho, se debata bastante y se cambie poco”, dijo el asambleísta Virgilio Hernández (Alianza País), quien formó parte de esta cumbre por parte del parlamento ecuatoriano.
Según Hernández, no deja de llamar la atención que este encuentro no haya sido organizado de forma oficial por los organismos de Naciones Unidas, lo que hace dudar de la voluntad política de los países industrializados y que más contaminan para asumir los compromisos que se establecen en las Cumbres.
En la reunión de legisladores se parte de ratificar la vigencia de los compromisos establecidos en Río de Janeiro hace 20 años, así como, en la Cumbre de Johannesburgo en 2002, insistiendo en la necesidad de renovación del compromiso político de los países con el desarrollo “sostenible” y de identificar los “cuellos de botella” para que se apliquen las medidas establecidas en las conferencias anteriores.
“En el debate se ha reiterado que todos tenemos obligación con la conservación del planeta, sin embargo, los organizadores han sido renuentes a introducir en la declaración final, la responsabilidad que tienen los países más industrializados y que más contaminan, por tanto, la declaración final es una suma de buenas intenciones sin compromisos claros para controlar y evitar las emisiones netas de carbono”.
Según Hernández, quien es vicepresidente del Parlamento Latinoamericano, apenas se ha aceptado incluir el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas sobre el ambiente.
“Pero no han recogido una sola palabra de los planteamientos de la delegación ecuatoriana, respecto de impulsar y respaldar iniciativas como la de ‘Emisiones Netas Evitadas’ que implica compensar a los países que decidan no realizar actividades que emitan gases de efecto invernadero, como por ejemplo, la iniciativa Yasuní ITT en Ecuador que busca dejar en el subsuelo 846 millones de barriles de petróleo, evitando la emisión de 407 millones de toneladas de dióxido de carbono”.