El gobierno de Ecuador declaró hoy su compromiso con la cumbre del desarrollo sustentable de la ONU Río+20 que espera reunir a cien gobernantes en Brasil en junio, y anunció la participación del presidente, Rafael Correa, en ese encuentro.
El canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, confirmó la asistencia de Correa tras reunirse con su par brasileño, Antonio Patriota, en Brasilia.
“Quiero hacer pública la disposición del gobierno ecuatoriano de contribuir con Brasil para el éxito de este evento”, dijo Patiño en rueda de prensa.
“Aquí se está jugando la vida del planeta y no podemos permitir irresponsabilidades en lo que tiene que asumir cada uno de los países”, añadió el canciller ecuatoriano.
Los gobernantes fueron convocados a la cumbre de la ONU en Río de Janeiro, con el fin de definir los rumbos hacia una economía verde que lleve al planeta por una senda más respetuosa del medio ambiente y de la lucha contra la pobreza.
En el ámbito bilateral, Patiño y Patriota anunciaron que establecerán reuniones dos veces por año.
“Esto refleja una reanudación del impulso en la relación con Ecuador, que es un socio estratégico de Brasil”, dijo Patriota, quien elogió también la reanudación “de las inversiones públicas” de Brasil a proyectos ecuatorianos.
Brasil no llegó a confirmar una visita de la presidenta Dilma Rousseff a Ecuador, como Correa había indicado la pasada semana. “Esperamos que en algún momento que tenga oportunidad en su calendario (Rouseff) visite nuestro país, la esperamos con los brazos abiertos”, dijo Patiño.
“No hay ninguna visita prevista en este momento, como ustedes saben el calendario de viajes (de Rousseff) fue muy intenso, en estos primeros meses del año. No significa que no tenga intención de visitar los países suramericanos, al contrario” afirmó Patriota, al indicar que ambos gobiernos se empeñan en “encontrar” un momento para ese viaje “en el más breve plazo posible”.
Las relaciones entre Brasil y Ecuador se resintieron fuertemente en 2008 por la decisión del gobierno ecuatoriano de expulsar a la constructora brasileña Odebrecht, acusándola de haber ocasionado perjuicios al país por fallas en una obra.
En 2010, la petrolera brasileña Petrobras dejó sus operaciones en Ecuador, tras negarse a firmar un nuevo contrato que preveía mayores ganancias para el Estado.