Entrevista a Douglas Farah, investigador en Washington
¿Cuán efectiva es la decisión del Congreso de frenar la influencia de Irán en Latinoamérica, aceptará el presidente Obama?
Dado el respaldo bipartidario que recibió la medida, creo que el Presidente lo va a aceptar. De no hacerlo sería también enfrentarse con su propio partido. Lo que hay en contra es el factor tiempo, dada las múltiples otras prioridades en al agenda. Su implementación dependería del próximo Congreso, que puede ser muy efectiva, si prestan atención y dan seguimiento, o no tanto.
Irán tendió puentes con Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador, que básicamente tienen un punto en común: su antipatía hacia EE.U.U. y su política hegemónica. ¿Esta medida no agravará la reacción de estos gobiernos con EU.UU.? Lo que une a estos gobiernos bolivarianos es un odio hacia EE.UU. que no cambiaría con esta ley. La ley requiere un estudio sobre Irán en la región, no una acción concreta en cuanto a esa presencia. EE.UU. tiene el derecho de entender la presencia de un enemigo declarado en el hemisferio, y las relaciones no pueden empeorarse más del punto bajo en el que están.
¿Cuál es el alcance de la decisión del Congreso?
El alcance es ordenar al Departamento de Estado estudiar la presencia iraní, en el contexto de su alianza con los países bolivarianos; quiénes apoyan a Irán, su programa nuclear y sus esfuerzos para romper el embargo impuesto por la ONU, la UE y EE.UU. Dentro de este contexto, el empuje de Irán con países con un liderazgo altamente criminalizado y aliado con grupos terroristas como las FARC y Hezbolláh es sumamente preocupante para EE.UU. Tanto Irán como los países bolivarianos han adoptado una doctrina militar de la guerra asimétrica contra EE.UU., incluyendo el aval a armamento de destrucción masiva. La medida pide un análisis en cuanto a esto, y recomendaciones sobre qué pasos EE.UU. debería tomar dada la amenaza. Obliga al Departamento de Estado a hacerlo y presentarlo, pero no obliga ninguna acción ni política ni militar.