El Secretario Nacional de Alianza País dice que “harán todo lo que esté a su alcance para evitar que esta revolución se convierta en un proceso violento”.
Si vemos el entorno en el que usted vive, se diría que aquí habita un ‘pelucón’…
He sido pelucón por mucho tiempo, pero tuve que cortarme el pelo porque se me estaba cayendo mucho.
Es un lugar privilegiado de Quito y es un departamento muy elegante…
Que sea bonito el departamento creo que tiene que ver con las pinturas y los cuadros. Este departamento era del general Luis Morejón y me lo vendió la hija. Lo compré hace un año, pero tengo que pagar al Seguro Social un préstamo por 10 años.
¿Con quién vive aquí?
Con mi hijo Martín, aunque ya mismo se va del país a estudiar Literatura. Mi otra hija vive en Londres hace mucho tiempo.
¿Cuánto recibe de salario como secretario de AP?
¿Salario? Bueno fuera… No recibo sueldo desde el 15 de diciembre pasado, cuando el Presidente me aceptó la renuncia.
Pero no se puede vivir sin un salario…
La idea es esa, pero todavía no es una realidad. Estamos trabajando con aportes que afortunadamente aún existen, pero queremos institucionalizar nuestra labor, transparentarla.
¿Cómo?
Tomemos como ejemplo el partido ecologista de Bélgica. En su página web transparenta los sueldos de sus funcionarios y el gasto corriente por las actividades que hace el partido. Es obvio, también, que estamos esperando ciertos recursos que esperamos el Estado brinde a los partidos. Lo que sí tenemos claro es que no queremos mecenas.
Antes de asumir las funciones de secretario de AP, usted estuvo mucho tiempo cerca del Presidente. ¿Cómo define su personalidad?
Es un gran ser humano.
¿Una buena persona?
Para resumir en palabras del poeta Machado: “En el buen sentido de la palabra, es bueno”.
Pero eso no se evidencia en los enlaces sabatinos, por ejemplo.
Es una persona con una autoexigencia muy fuerte, y ese rigor lo traslada a sus colaboradores y a todos los actos que realiza.
En los enlaces se ve a un Presidente duro, confrontador, irónico, agresivo…
Que sea contestatario no quiere decir que sea agresivo. Él nunca se ha puesto una máscara. Es transparente y auténtico, no hace simulacros como hacen otros.
Pero su estilo confrontador genera más confrontación…
Una de las conductas fundamentales de un buen ser humano es ser profundamente humilde con los humildes y contestatario con los más poderosos.
¿Hay una idealización del Presidente por parte de ustedes y sus seguidores?
No. Hay una realidad. Él es así y nunca lo he visto de otra forma. Es una persona que a veces exagera sus niveles de exigencia, pero, sobre todo, con él mismo. Pero quiero decir también que, como ser humano, en él coexisten controversias, monólogos internos.
Cuatro años después de asumir el poder, ¿cuál es el balance que hacen ustedes?
Hemos hecho bastante, pero lo que falta es muchísimo más.
Han hecho obra pública, por ejemplo, pero no han cumplido uno de los principales ejes de su proyecto: la revolución ética…
Eso sucede porque los puentes y las carreteras se ven, pero las conciencias, no. Quizás esta sea mi respuesta más clara, aunque parezca oscura.
Mucha gente esperaba que el cambio fuera, sobre todo, en el sentido ético, pues si la partidocracia representó lo peor para el país, ustedes deberían ser lo contrario.
Nosotros no podemos responder por todas las estructuras del Estado. No existe un solo Estado en la historia que pueda decir que lo controla todo.
Una revolución ética habría consistido, por ejemplo, en mostrar una distancia absoluta entre el Ejecutivo y la Función Judicial. La relación del Fiscal General con el Presidente es estrecha. No se ven cambios…
A veces siento que el andamiaje y la estructura planteadas desde la Revolución Francesa parecen intocables en la historia de la humanidad. Desde el nihilismo no se puede hacer una revolución porque no se trata de destruir.
No. Estamos hablando de otro tipo de vínculos. Existe, por decirlo así, casi una militancia del Fiscal con los postulados y las posiciones que toma el Presidente.
Yo no creo que sea así. Los poderes no son producto de la Providencia o de alguna divinidad. Es necesario analizar el tema desde la realidad que vivía el país antes de que llegáramos nosotros. Los tres poderes existen y partir a una nueva matriz en sus relaciones no es un proceso que pueda tener un tiempo determinado.
Ustedes dicen que son ‘ciudadanos comunes’, pero, por ejemplo, se produce un lamentable asalto al Alcalde de Quito y ahí está la Fiscalía, la Policía, inmediatamente. Eso no ocurre con los ciudadanos comunes.
No podemos considerar al Alcalde de Quito como un ciudadano común. Es la máxima autoridad de la ciudad.
Pero el propio Alcalde se califica así, como ‘ciudadano común’. ¿Es solamente un discurso?
Todos quisiéramos que esta revolución convierta a la sociedad en una comunidad de ciudadanos. Pero eso no se hace en cuatro ni en 10 años. Es un proceso muy largo.
¿Un proceso que conduce al socialismo?
A un socialismo que signifique eso, una comunidad de ciudadanos con las mismas garantías, los mismos derechos y deberes. Un camino a la felicidad.
¿Un socialismo a la ecuatoriana o a la venezolana?
Esperaríamos un socialismo ecuatoriano que se convierta en latinoamericano, como soñaba Simón Bolívar.
¿No venezolano?
Las maneras son distintas. La realidad es distinta. No se puede comparar.
Al menos, en el culto a la personalidad sí existen semejanzas…
El problema es que AP no ha respondido a la exigencia de una vocería común para enfrentar a la derecha y a la oligarquía. Entonces ocurre que tenemos que esperar los sábados para que Rafael nos defienda. No hay culto a la personalidad en el caso de Rafael. El problema es que lo hemos dejado solo.
¿AP podrá marchar sola en el futuro o necesitará siempre de Rafael Correa?
Salvo el peronismo, no conozco un solo movimiento que haya podido existir sin su líder.
¿Un líder que confronta y divide al Ecuador?
La confrontación es inevitable. Aquí hay un proceso de transformación y existe una derecha que no está muerta, sino agazapada.
Es decir, ¿se viene un choque político y social mucho más fuerte?
Vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que este proceso revolucionario jamás se convierta en un proceso violento.
HOJA DE VIDA
Tiene 53 años, es músico profesional, compositor e integrante del Grupo Pueblo Nuevo entre 1978 y 2008.
Fue Director de discursos del Presidente Rafael Correa (2007), Ministro de Cultura (2008) y Secretario Particular, en el 2009.
“Cuando todos los dardos apuntan al Presidente no se hace periodismo, sino oposición”.
“El encontrón de fuerzas es irremediable. Es un proceso de transición hacia la revolución”.
“Los comités de la revolución no son fuerzas de choque. Pero defender la revolución es ético”.
“En todo proceso revolucionario debe existir la exclusión de los antipatriotas y vendepatrias”.
“El mundo es una matriz de conspiraciones. Pero hay conspiraciones y conspiraciones”.
“Esta revolución me suena a la canción Cómo será la Patria, escrita por mí hace poco”.