Mientras el vicecanciller Kintto Lucas está en La Habana (Cuba) diciendo que lo del 30-S fue intento de golpe de Estado, en Quito, la Cancillería aún analiza el impacto de sus incómodas declaraciones del lunes sobre el escándalo de los ‘wikileaks’.
Este día, Lucas le ofreció residencia en Ecuador “sin ningún tipo de problema, sin ningún condicionamiento”, a Julian Assange. Él es el fundador de ese sitio electrónico que, el fin de semana anterior, reveló información diplomática secreta que las embajadas de EE.UU. han levantado en 10 años al rededor del mundo.Ex diplomáticos, analistas internacionales y, hasta el propio presidente Rafael Correa, han mostrado su incomodidad por las declaraciones del Vicecanciller que, al ser difundidas a través de un boletín oficial de prensa, tomaron dimensiones institucionales.
Lucas, al parecer, no reparó en que Assange es una persona requerida por la Interpol, por supuesto delito sexual.
Además el escándalo de los ‘wikileaks’ ha puesto al Departamento de Estado y a la Casa Blanca de cabeza, pues hay un cuarto de millón de cables que hacen referencia a la situación política y de guerra de muchos países, afines y críticos a la esfera de hegemonía de Washington.
Además, si lo que recogió el portal electrónico Ecuadorinmediato.com es textual, Lucas encuentra en la hazaña del creador de Wikileaks una escuela de periodismo investigativo. “Creemos que este tipo de personas, que tienen esta capacidad de investigación y de trabajo es importante para que nos ayude en el país técnicamente a formar gente que podría trabajar en el mismo sentido a futuro”.
Estas palabras fueron luego difundidas a la prensa en un boletín con el sello de la Cancillería. “Se invita a Assange (…) para conocer de primera mano dicha información a través de conferencias. A la vez que el periodista Assange podrá realizar un trabajo investigativo, y formar a la vez investigadores en Ecuador”.
Aunque dentro de la Cancillería, según pudo conocer este Diario, la versión del Vicecanciller generó preocupación la oficina del canciller Ricardo Patiño, esta no se hizo pública. Por el contrario, tanto Patiño como el subsecretario para Asia, África y Oceanía, Rafael Quintero, interpretaron la invitación a Assange con el fin de que entregue la información que supuestamente concierne a Ecuador.
Incluso, según lo reporta la edición digital de El Telégrafo, del martes 30: (sic) “Patiño no descartó ofrecer asilo temporal al creador de Wikileaks…”.Patiño también le dijo a El Telégrafo de la posibilidad de extender una residencia para Assange.
Recién el martes por la noche, el presidente Correa salió al paso de este caso deslegitimando al Vicecanciller. “La declaración de Lucas fue a título personal, pues no ha recibido la autorización del Canciller , ni del Presidente”.
En su reacción, Correa no se refirió a las declaraciones de Patiño que recogieron los medios oficialistas guardan relación con lo que dijo el Vicecanciller.
Según el ex canciller José Ayala Lasso, la declaración de Lucas fue “inoportuna, imprudente e insólita. No correspondía a la posición de Vicecanciller”.
Además, considera que en sus expresiones se revela su posición ideológica antiestadounidense. “El señor Lucas es conocido por su tendencia de oposición radical a los EE.UU. y encontró en esta situación la oportunidad de expresar su punto de vista crítico, asumiendo una actitud dinámica para aceptar los documentos filtrados”, comentó.
El desconcierto por estas expresiones también aflora en analistas políticos cercanos a la izquierda.
Juan Cuvi creyó en un inicio que lo dicho por Lucas fue una declaración oficial, “que había consultado con el Presidente, pero me sorprendió que Correa lo haya desautorizado”.
En ese sentido, colige que una vez que se tomó la decisión de abrir las puertas a Assange, el Gobierno se dio cuenta de las implicaciones que tenía eso en términos diplomáticos y tuvieron que hacerse para atrás.
“Cuando uno asume cargos de tanta responsabilidad como la Cancillería, no puede hacer esas cosas. Uno deja ciertas posiciones ideológicas para preservar los intereses del país”.
El embajador Abelardo Posso también ha rechazado este traspié de la Cancillería. A su juicio, Lucas demostró un gran “desconocimiento de la diplomacia. No tiene idea de cómo se guarda la cortesía”. Por ello, cree que ahora la actitud más “honrosa” debería ser que renuncie a su cargo.
Más aún si Correa lo ha señalado como el responsable de este incidente que pudo haber evitado. “En diplomacia cuando un Embajador es desautorizado por la máxima autoridad, tiene que renunciar por dignidad. Esperemos que esto se aplique a personas que no son de carrera”.
Si el Vicecanciller, según dicen los diplomáticos de carrera, no conoce de política exterior, tampoco sabe de periodismo. Así concluye César Ricaurte, de la organización Fundamedios. “Wikileaks no hace periodismo sino filtraciones”. Este comunicador social asegura que resulta un verdadero absurdo querer decir que lo de Assange es un modelo de periodismo de investigación.