Dahik está de vuelta y la suspicacia política entra al escenario

Octubre de 1995.    Alberto Dahik fue enjuiciado  por la bancada del PSC, precipitando su salida del país.

Octubre de 1995. Alberto Dahik fue enjuiciado por la bancada del PSC, precipitando su salida del país.

Son pocas horas las que Alberto Dahik está en el país, luego de su autoexilio de 16 años en Costa Rica. Por lo tanto, resulta difícil conocer, a ciencia cierta, cuáles serán sus proyectos a largo plazo. Y menos los que tienen un componente político.

Las primeras declaraciones del Vicepresidente de Sixto Durán Ballén (1992-1995), matizadas por la euforia de su retorno, no dan pistas certeras. Dahik dice que el desenlace de su juicio por el caso Gastos reservados es la prioridad, pidiendo a la prensa compresión y paciencia.

Sin embargo, las voces consultadas por este Diario coinciden en señalar que en este economista y académico hay una característica innegable: su vocación política y su talento para ejercerla.

Desde esa perspectiva, el escenario de un Dahik dedicado a la actividad privada no despierta mayores apuestas. Todo lo contrario, la llegada del Vicepresidente al Ecuador puede darle un sorpresivo giro al ritmo con el cual camina la política en el Ecuador.

Santiago Nieto, de la firma encuestadora Informe Confidencial, considera que Dahik, antes que nada, debe medir la fuerza de su imagen pública. “Hace tiempo que no medimos su nombre en estos sondeos y no puedo asegurar cómo lo recuerda la gente”. Pero a manera de antecedente, Nieto cree que Dahik tiene un punto a su favor: las crisis políticas y económicas que precipitaron las posteriores caídas de Abdalá Bucaram (1997), Jamil Mahuad (2000) y Lucio Gutiérrez (2005) pudieron haber aplacado el caso que lo sacó del poder. Además, en él, más que los otros mandatarios, se capitalizó la idea de la persecución política, que de alguna manera ha victimizado su imagen.

El periodista Jorge Ortiz ata los primeros cabos y asegura que detrás de la llegada de Dahik está la mano del Gobierno. “Es ingenuo pensar que la justicia, en un proceso de reestructuración dirigido por el Régimen, vaya a tomar una decisión como esta sin consultarlo con Rafael Correa”.

El asambleísta de oposición Enrique Herrería asegura que la rapidez con la que actuó la Fiscalía, encabezada por Galo Chiriboga, al aceptar el pedido de la defensa de suspender la orden de prisión en su contra, es una señal de ese compromiso.

¿Qué saca Correa con Dahik en el Ecuador? Para Ortiz está la posibilidad de que Correa busque en el ex Vicepresidente un contradictor político, que le funcione en la próxima campaña electoral para que divida el electorado. Y para que Correa, al confrontar con Dahik -hombre de derecha- se muestre como el Presidente que nunca dejó la izquierda.

Nieto cree que esa lógica binaria no tiene fuerza en el electorado y, mientras la economía no le represente un sobresalto al Gobierno, un discurso opositor así sea tan bien estructurado como el de Dahik, no es una garantía...

Herrería parte de la hipótesis de que el ex Segundo Mandatario regresa al país debiéndole un favor al Gobierno y sobre esa realidad, se marcará su proyecto político hacia el futuro.

Allí este asambleísta traza dos escenarios. El primero, muy cercano al que Ortiz baraja: la división del electorado opositor. Y el otro, la posibilidad de que Correa busque una alternabilidad en el poder para los próximos años “que en mi criterio pueden estar marcados por la crisis económica del modelo correísta”.

Herrería dice que solo está lanzando ideas al debate. Pero no le parece descabellado que “un brillante economista “se haga cargo del país a futuro con la garantía de que no achacará a Correa por la crisis, para que este vuelva a gobernar en el 2017. En todo caso, estima que en la política ecuatoriana hay espacio para Dahik.

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