U n ambiente de tensión se sentía la mañana de ayer en Otavalo. Mientras se inauguraba la cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, (Alba) cientos de integrantes de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) llegaban para asistir a una reunión paralela.
El coliseo Federico Páez, sede del encuentro propiciado por el Gobierno, estaba custodiado por decenas de policías y carros antimotines. Tres cuadras hacia el norte, en la iglesia San Vicente Ferrer, se concentraron indígenas amazónicos. La mayoría tenía la cara pintada de negro, con figuras geométricas. A las afueras del templo, guerreros Shuar y Achuar se apostaron, con sus lanzas de chonta, para brindar seguridad a los líderes indígenas.
Los representantes de la Conaie llegaron para denunciar, ante representantes de los países que integran la Alba, una supuesta persecución del presidente Rafael Correa. Según Marlon Santi, presidente de la Conaie, ayer arribaron 400 indígenas de la Amazonía. “Y, hasta mañana (hoy), llegarán muchos más de las filiales de la Sierra y la Costa”. También negó que se haya invitado a los líderes de las federaciones, a pesar de su representatividad. “Los pocos indígenas que asisten a la cumbre son funcionarios del actual régimen y no representan a nadie”.
La inauguración del décimo congreso de la Alba se inició a las 10:10. El canciller ecuatoriano Ricardo Patiño aseguró que esta cita es la respuesta altiva y soberana al neoliberalismo. Posteriormente, su homólogo boliviano David Chaquehuanca resaltó un modelo alternativo, propuesto por los pueblos indígenas. “En el capitalismo prima el interés por el capital, en el socialismo por el hombre. Pero nosotros planteamos que el mayor interés tiene la naturaleza, en la que el hombre es un elemento más”.
Finalmente, tras dos horas de discursos, se realizó una ceremonia chamánica en el exterior del coliseo. Para hoy la agenda de la Alba plantea trabajar en cuatro mesas temáticas: ejercicio de la interculturalidad en la función pública, los derechos económicos, políticos y sociales contra el racismo, las iniciativas públicas frente al cambio climático y el comercio entre los pueblos.
La Conaie anunció que también analizará temas de desarrollo, derechos indígenas y recursos naturales. En la sede de la Federación de Indígenas y campesinos de Imbabura redactará un manifiesto para entregar a los asistentes al encuentro. Las autoridades han tomado medidas de seguridad para evitar inconvenientes. 750 policías están a cargo de la seguridad de Otavalo.
Hoy llegan los presidentes
Aunque la Alba está compuesta por Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Cuba, Antigua y Barbuda, Dominica, San Vicente y Las Granadinas, solo dos presidentes extranjeros acompañarán hoy a Rafael Correa, en Otavalo.
Hasta la tarde de ayer se confirmó la llegada de Evo Morales, de Bolivia, y Hugo Chávez, y del vicepresidente de Cuba, Esteban Lazo. Todos arribarán desde Quito a bordo de un helicóptero. Para su aterrizaje se acondicionó un helipuerto en el Colegio Otavalo, frente a la sede del encuentro.
Tras la caída de Manuel Zelaya en Honduras, el Gobierno de facto que le sucedió abandonó el grupo. Por primera vez, la Alba celebra su cumbre con autoridades indígenas y negras, para reconocer la diversidad de culturas de la región.
Los delegados emitieron ayer las conclusiones que alimentarán la declaración final de los presidentes. Así, proponen impulsar estados plurinacionales, reconocer las culturas nativas y proteger la naturaleza.