Ha sido una semana crucial. Dos colectivos finalizaron su proceso de recolección de firmas y esperan que el CNE las apruebe para avanzar con sus proyectos de consulta popular para decidir el futuro del Parque Nacional Yasuní. El primero fue el Frente de Defensa Total de la Amazonía, entregó el martes pasado su segundo lote de firmas (320 000), siendo los primeros en hacerlo ante la Función Electoral. Con ello, el CNE empezó la verificación de las 600 000 que, en total, se presentaron. Este Frente busca que en el país cese todo tipo de actividad extractivista. Es una pregunta radical.
Mañana, en cambio, el colectivo Yasunidos entregará sus rúbricas. Según una de sus voceras, Carla Espín, esta agrupación que cuenta con el respaldo de organizaciones como Acción Ecológica, se reunieron casi 730 000 firmas. Estas se entregarán luego de una marcha que se iniciará en el parque El Arbolito. Su idea es que se prohíba la explotación del ITT.
Para junio está previsto que un tercer colectivo, patrocinado por 29 alcaldes amazónicos, hagan lo propio, pero en apoyo a la explotación petrolera. Con la entrega de firmas, esta semana, la lucha por el Yasuní entra en una nueva etapa con cuatro escenarios distintos.
El proceso de explotación evidencia retrasos
El desarrollo de los campos Ishpingo, Tambococha y Tiputini (ITT) compite con tres proyectos más que tiene el Régimen en agenda para incrementar la producción de petróleo. Son el campo Pungarayacu; la recuperación mejorada de los campos maduros de Petroamazonas, y el desarrollo de los bloques del suroriente.
En comparación con estos proyectos, el ITT es el que tiene mayores reservas (920 millones de barriles), e inicialmente estaba programado para que entre en etapa de explotación en menos tiempo que el resto. Pero la posibilidad de una consulta popular ha reducido las expectativas sobre su desarrollo en el sector.
El consultor económico Walter Spurrier sostiene que la recolección de firmas habrían atrasado el proyecto en al menos un año.
Las proyecciones de la Secretaría de Hidrocarburos indicaban que, de no presentarse contratiempos, los primeros barriles del ITT comenzarían a fluir en el 2015, con lo cual la producción nacional subiría en el 2016 de 523 000 a 586 000 barriles al día.
Pero hasta ahora en lo único en que se ha avanzado es el proceso de consulta previa iniciado a fines del 2013 entre las comunidades que serán impactadas por la actividad.
La zona más biodiversa del hemisferio occidental
La Reserva de la Biósfera Yasuní ha sido reconocida como el lugar de mayor diversidad del hemisferio occidental.
Se trata de una de las pocas áreas protegidas estrictas en la Amazonía, que alberga a dos pueblos en aislamiento: los taromenane y tagaeri. Fue declarada por la WWF como de las 200 ecorregiones prioritarias para proteger del Planeta.
La WCS (Wildlife Conservation Society) la escogió para su eminente programa de paisajes vivientes. Sus ecosistemas únicos evolucionaron desde la formación de la selva amazónica hace 25 millones de años; sobrevivieron a las glaciaciones del Pleistoceno (hace 1,64 millones de años) y poseen una excepcional resiliencia frente al cambio climático futuro. Así lo apuntó Carlos Larrea, catedrático de la U. Andina.
En apenas una hectárea se han registrado 644 especies de árboles, número similar al de árboles nativos en toda Norteamérica. Sus bosques, cuencas y senderos constituyen el hábitat de cerca de 204 especies de mamíferos (más del 45% de todas las registradas en Ecuador).
Es una de las fuentes de agua dulce y uno de los sitios más ornitológicos: 567 clases de aves, es la segunda reserva más grande de murciélagos del mundo. A esto se suma la riqueza de anfibios, peces, insectos, etc.
La izquierda busca levantarse desde la ecología
Es difícil saber cuánto, en realidad, minó la popularidad del Gobierno, el deseo del presidente Rafael Correa de ir hacia la explotación petrolera del ITT en el parque Yasuní.
Varios analistas, políticos y dirigentes de Alianza País, como el alcalde de Quito, Augusto Barrera, creen que buena parte del revés electoral del 23 de febrero, se debió al descontento de las capas medias, a quienes sí entusiasmaba la propuesta de dejar el crudo bajo tierra. Sin embargo, esto no pasa de ser una mera percepción que se comprobará o falseará en las próximas semanas.
Si el colectivo Yasunidos logra que el Consejo Nacional Electoral (CNE) valide las casi 600 000 firmas que se requieren para impulsar su consulta popular, será posible argumentar que la defensa del Yasuní, al menos, genera convocatoria en un 5% del electorado. El resto de la batalla -si llega a darse- se librará en la consulta.
El presidente Rafael Correa ha insistido en que sus atribuciones constitucionales le permiten impulsar la explotación del ITT sin llamar a consulta.
Pero los grupos de izquierda buscan fortalecerse a través de este proceso y, con ello, superar la derrota electoral del 2013, personajes como Alberto Acosta, ferviente defensor de la política antiextractiva.
El Yasuní alberga a los pueblos aislados del país
No se conoce con exactitud cuántos son. Pero aunque no hayan sido fotografiados ni tengan una cédula de ciudadanía, es un hecho la presencia en la selva ecuatoriana de, al menos, dos pueblos aislados en la Amazonía ecuatoriana: los tagaeri y los taromenane.
Dos niñas son la prueba viviente de ellos. Ellas fueron raptadas en marzo del 2013, luego de que unos huaorani presuntamente mataran a al menos 20 no contactados, miembros de su familia.
Supuestamente, la muerte de este grupo se dio en venganza porque los aislados habrían lanceado a un anciano huaorani, Ompore, y su esposa.
Este incidente se relata con detalles en el libro ‘Una tragedia ocultada’, escrito por el misionero capuchino Miguel Ángel Cabodevilla. Entre las conclusiones del libro, está que el riesgo de la explotación petrolera es justamente que haya más matanzas de indígenas no contactados.
Otro misionero que trabaja en la Amazonía, José Miguel Goldáraz, le dijo a este Diario en una entrevista que hubo avistamientos de pueblos ocultos el mes pasado dentro del bloque 31, donde se realiza exploración petrolera.
Y mientras tanto, más de un año después de la matanza, aún hay cabos sueltos.