La candidatura de Patricio Pazmiño, presidente de la Corte Constitucional (CC) para la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ha levantado las críticas.
Uno de los principales cuestionamientos nace por la cercanía que mantiene con el Gobierno. Esto, porque él llegó a la Corte de mano del Régimen.
Según el asambleísta Andrés Páez (ID), Pazmiño es “servil de un Gobierno, que va acumulando demandas en esa Corte. No puede pretender ir a ese cargo, con el único propósito de salvar a su jefe”, manifestó.
Otra de las críticas surge en los recientes pronunciamientos que ha hecho el Ejecutivo en contra de la Comisión, para descalificar su preponderancia en el Sistema Interamericano y la posibilidad de pedir modificaciones a normas y procedimientos de los estados miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA).
“Este discurso de desconocer a la CIDH debería provocar que el Ecuador saliese de la OEA. Pero la estrategia del Régimen es controlar a la Comisión Interamericana y reformarla, disminuyendo la competencia de las relatorías y ahora con la candidatura de Pazmiño, para la Secretaría”, manifestó Luis Saavedra, director de Inredh.
Asimismo, para Páez, Pazmiño no es una persona “calificada” para ocupar ese cargo tan importante. Esto, porque hace un año estuvo involucrado en un escándalo de una supuesta venta de sentencias a favor de la empresa Cervecería Nacional, en un juicio laboral.
El fiscal Galo Chiriboga, ex ministro de este Gobierno, lo sobreseyó. Afirmó que no encontró indicios de responsabilidad penal en su contra. Pero el legislador Galo Lara, quien presentó la denuncia, afirmó que se “lo protegió y se tapó” la denuncia.
“No es época de inocentes, eso es para provocar carcajadas en el país. Un individuo descalificado, autodesignado vocal de una Corte que no tiene bases jurídicas, autor de auténticos mamotretos jurídicos (…) no puede pretender ir a la CIDH”, dijo Páez.