La reunión de ayer entre los cancilleres de Ecuador y Reino Unido, en Nueva York, no logró abrir el candado del encierro de Julián Assange, el fundador de Wikileaks.
Aunque el encuentro fue “amable” y “positivo” -según el canciller Ricardo Patiño- en la práctica Quito y Londres no encontraron puntos de acercamiento.
En esencia, porque ninguno de los dos ha cedido posiciones frente al asilo concedido a Assange.
De hecho, Patiño insistió en que Reino Unido dé el salvoconducto para que Assange pueda llegar a Ecuador. En contraste, el secretario de Asuntos Exteriores británico, William Hague, reiteró que su país no reconoce el asilo y que tiene que extraditarlo a Suecia.
A más de la vía diplomática, ¿qué otro camino puede destrabar la situación de Assange?
Antes de viajar a Nueva York, a Patiño se le preguntó si Ecuador había descartado la Corte Internacional de La Haya para que resuelva el caso Assange.
Su respuesta fue que, si bien el Gobierno desea una solución diplomática, no descarta acudir a ese Alto Tribunal Internacional para que Londres extienda el permiso de salida a Assange.
Esa opción también ya ha sido mencionada en varias oportunidades por el ex juez español Baltasar Garzón, el defensor del jefe de la organización Wikileaks.
Según Íñigo Salvador, director del Centro de Investigaciones de Derecho Internacional de la Universidad Católica, La Haya sí es una vía para determinar a cuál de los dos países le asiste la razón.
De este modo, Ecuador puede plantear el caso a la Corte de La Haya. En ese caso, ambos países tienen la obligación de acatar cualquier fallo. La razón: son signatorio del Protocolo Facultativo de para la Solución de Controversias de la Conveción de Viena.
Salvador señala que la ventaja de someter el tema ante este organismo es que la resolución quedará en manos de un tercero. Con ello, se diluye cualquier conato de conflicto entre las partes y fluyen con normalidad sus relaciones.
Sin embargo, el tiempo que demora en dictar sentencia es la desventaja de acudir a este organismo. Salvador explica que, en promedio, un caso puede tardar en resolverse al menos 5 años.
En materia de asilo , sí hay casos en que la Corte de La Haya ha intervenido. El más emblemático corresponde al desaparecido líder peruano Víctor Haya de la Torre, quien se asiló en la Embajada de Colombia en Perú.
El dirigente debió esperar cinco años hasta que llegara el dictamen de la Corte Internacional, que dispuso que se conceda el respectivo salvoconducto.
En ese punto, Quito ha dejado entrever que no desea que el caso tarde años en solucionarse. En efecto, ayer, Patiño expresó su preocupación por el posible deterioro de la salud del asilado. “Más tiempo pasa encerrado, más sufre su salud”. El círculo del ‘hacker’ ha señalado que está sometido a “estrés psicológico” por su encierro en la Embajada ecuatoriana en Londres, desde el 19 de junio.
Un pedido de Amnistía
Amnistía Internacional (AI) pidió a Suecia que garantice que, si Assange accede a ser interrogado por la Fiscalía sueca, no será extraditado a Estados Unidos.
AI cree que eso “rompería el impasse” Quito-Londres y garantizaría el acceso a la Justicia a las mujeres que lo denunciaron.
EE.UU. no ha reaccionado ante discurso de Assange en la ONU
Estados Unidos no ha reaccionado ante las declaraciones de Assange en un foro sobre asilo en la sede de la ONU.
La intervención del fundador de Wikileaks, Julián Assange, durante la Asamblea General de la ONU dio un tinte diferente a la reunión que se desarrolló el pasado miércoles en Nueva York.
Desde la embajada de Ecuador en Londres, donde se refugia Assange, un discurso que trató los límites de la libertad de expresión dio de que hablar a los medios de todo el mundo.
Según el diario estadounidense, The New York Times, Assange criticó al presidente Obama su defensa a la libertad de expresión en el Medio Oriente mientras persigue a Wikileaks por sacar a la luz cables diplomáticos supuestamente confidenciales.
Citando su experiencia al mando de Wikileaks, añade el diario neoyorquino, Assange declaró que “el actual presidente americano ha criminalizado más a la libertad de expresión que cualquier otro líder de ese país”.
El debate que ha puesto en marcha el activista gira alrededor de las garantías para proteger a la libertad de expresión como un remedio para su supresión.