La de ayer, fue la primera ceremonia militar a la que asistió el presidente Rafael Correa, luego de la crisis del 30 de septiembre. Fueron los festejos por los 90 años de creación de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), realizado en la Base de Manta.
Fue un programa sobrio y de discursos moderados, aunque el Jefe de Estado insistió en que el poder militar está subordinado al poder civil. También insistió en que no habrá perdón ni olvido para quienes participaron de la revuelta que, a su juicio, fue una intentona golpista.
Al recinto militar se movilizaron ayer, desde Quito, funcionarios del Gobierno, el Alto Mando de las Fuerzas Armadas, y el personal del Cuerpo Diplomático.
En un Boeing de TAME arribaron los invitados especiales a las 09:45. En el avión presidencial lo hizo el Jefe de Estado, 20 minutos más tarde. Y, en un jet de las FF.AA., lo hizo el Alto Mando.
El Primer Mandatario, durante la revista a la tropa, acompañada de los acordes entonados por la banda de la FAE, mostró cierta molestia en su pierna derecha. Sobre todo, cuando subía algunos escalones de la tribuna.
Luego, bajó por tres ocasiones para colocar las palas (insignias) de ascenso del nuevo Teniente General, Leonardo Barreiro. También lo hizo con los cinco coroneles que fueron ascendidos a brigadieres generales.
En su discurso de rigor, Correa dijo que aún está golpeado por los acontecimientos del 30-S. “Un Gobierno es para dar vida, hay momentos en la historia que se marcan con fuego”.
Ese día, recordó, un puñado de policías tomó una actitud equivocada que derivó en la muerte de cinco personas. “Esto no puede quedar en la impunidad”.
En Quito un grupo de aerotécnicos de la FAE se apropiaron de una parte de las instalaciones de la Base Aérea Mariscal Sucre. Según Correa, lo hicieron para reclamar un derecho laboral; “ ellos no cayeron en actos de violencia, también serán juzgados”.
En su intervención, señaló que aquella jornada será recordada como traición a la patria por la insubordinación de varios elementos policiales.
A manera de balance, el Presidente puntualizó la ayuda entregada a las FF.AA., en tecnología y equipamiento. “Queremos preservar lo más valioso de los pilotos, sus vidas y para ello hemos adquirido aviones nuevos”.
“Seguiré visitando los recintos militares aunque haya gente que diga que es una imprudencia del Jefe de Estado. Nosotros estamos dispuestos a mirar hacia el futuro”. “Ante todo sabemos que el poder militar está sometido al poder civil”, sentenció.
Antes de esta intervención, el general Barriero agradeció al Gobierno por la inversión en la FAE. Dijo que la defensa nacional se puede realizar con el apoyo del pueblo y con la predisposición de su autoridad.
También se entregó la condecoración Post Mortem “Cóndor de las Américas” en el grado de Comendador, al fallecido teniente coronel, John Merino, ex jefe de la escolta presidencial.
Él falleció a causa de la gripe AH1N1 hace un año. Cuando Correa mencionó que se entregaba este reconocimiento se le quebró la voz por varios segundos.