El presidente Rafael Correa planteará una transformación de la ONU durante su participación en la Asamblea General de ese organismo en la tercera semana de setiembre, dijo el jueves su canciller, Ricardo Patiño.
La presencia de Correa en la Asamblea “tiene algunos objetivos: uno de ellos es plantear la necesidad, que sabemos que no se va a lograr inmediatamente pero hay que ir trabajando en eso, de una transformación de Naciones Unidas”, declaró el ministro a la prensa extranjera en Quito.
Añadió que ese organismo “tiene ya muchos años de formado (…) y sigue respondiendo en su estructura, y particularmente en su Consejo de Seguridad, a los resultados de la Segunda Guerra Mundial”.
“Esto tiene que cambiar, esto tiene que ser modificado. No podemos seguir manteniendo los rezagos de los resultados de la Segunda Guerra Mundial. Se requiere una transformación de Naciones Unidas”, dijo.
Patiño sostuvo que la ONU “no está actualmente preparada para abordar un problema que es fundamental, que es el problema de la protección de la vida en el planeta”.
“Desafortunadamente, las Naciones Unidas, sus organismos y sus decisiones no han permitido el mantenimiento de la paz sino lo contrario: el recrudecimiento de acciones de guerra entre algunos países”, indicó el canciller ecuatoriano.
Anotó que “no ha habido capacidad de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz, uno de sus principales objetivos”.
Hace tres semanas, el presidente Correa anunció que asistirá a la Asamblea General de ONU, luego de tres años de ausencia, para impulsar un plan que propone dejar sin explotar una importante reserva petrolera en la selva de Amazonia.
Recordó que solo ha intervenido en la Asamblea de 2007 -cuando asumió el poder- y no volvió porque ese foro, que se reúne anualmente en la sede de la ONU en Nueva York, le “parecía una pérdida de tiempo”.
Agregó que esta vez irá porque liderará, junto con el secretario de la ONU, Ban Ki-moon, un “encuentro especial” sobre el proyecto Yasuní-ITT, mediante el cual Ecuador propone dejar bajo tierra 846 millones de barriles de crudo (20% de sus reservas) en una de las zonas más biodiversas del planeta.
A cambio, el país sudamericano pide una compensación internacional de 3 600 millones de dólares durante 12 años. Ese valor equivale a 50% del dinero que obtendría si decidiera comercializar el crudo.
La cita por el plan Yasuní-ITT tendrá lugar el 23 de setiembre, anticipó su responsable, Ivonne Baki.