En la sede de Alianza País se corría una apuesta: cómo tomaría este virtual triunfo el presidente Rafael Correa. Unos apostaban a que sería conciliador y otros a que arribaría más enérgico y tajante.
Los segundos ganaron. Aunque el semblante del Primer Mandatario lucía cansado, por el mes y medio de campaña y la jornada electoral de ayer, sus palabras fueron impetuosas. “Nosotros somos radicales, radicalmente democráticos. Esta revolución radical es para transformar la patria”.Esas dos frases resumen el trabajo que se impondrá el movimiento Alianza País de confirmarse los resultados de encuestas y de sondeos a boca de urna.
Antes de las 17:00, hora cuando se iban a difundir las proyecciones electorales, el secretario del Presidencia, Gustavo Jalkh, anunció a este Diario que tendría un triunfo en las 10 preguntas del referendo. El ex Ministro de Justicia y del Interior estaba contento de saludar con sus coidearios que estaban en la sede principal del movimiento político, ubicada en la avenida De los Shyris, en el norte de Quito.Ese fue el punto de encuentro de autoridades de Gobierno, asambleístas y simpatizantes de Alianza País. En el primer piso se instalaron pantallas de TV para que ellos siguieran la difusión de los resultados. Todos festejaban con vivas y aplausos cuando el encuestador Santiago Pérez, a través de Gamatv, TC televisión y Cable Noticias, informaba de los resultados de cada pregunta.
Pero la transmisión de los canales oficialistas cerró antes de las 21:00, momento en el que el Consejo Nacional Electoral divulgó los datos de su conteo rápido que mostraban cifras más conservadores a favor del sí. Sobre todo porque, a diferencia de Pérez, el conteo oficial reflejó que entre el 10% y el 12% de la población, votó nulo o blanco.El asambleísta Gastón Gagliardo sostuvo que los militantes de Alianza País terminaron su trabajo en las juntas de escrutinio a las 21:30. “Hay que esperar los datos oficiales, pero el triunfo en las 10 preguntas no se podrá discutir”.
Como esas cifras no fueron públicas durante la fiesta del oficialismo, las celebraciones fueron eufóricas. Ninguno de los representantes de Alianza País quería dar una reacción pública. Había la consigna de que esperarían al presidente Correa para que diera una rueda de prensa.
El único que rompió ese esquela fue el vicepresidente Lenín Moreno. Conversó con la prensa y dijo que reciben el triunfo con “humildad y compromiso”.
Luego, el silencio de los oficialistas volvió a la espera de la llegada de Correa. A las 19:00, el Presidente entró a la sede. La primera parte de su intervención fue para agradecer a sus colaboradores. Luego sostuvo que el triunfo es indiscutible en las 10 preguntas y en la mayoría de provincias.
Anunció que recordará a la ciudadanía las que a su criterio fueron mentiras hechas en la campaña para crear incertidumbre. “Prohibido olvidar… anunciaremos cada semana si el aceite subió, si se perdieron 400 000 empleos. Vamos a tener una justicia verdaderamente justa, vamos a tener información verídica. Tendremos un país sin casinos y juegos de azar”.
Correa dijo que no habrá autoritarismo ni concentración de poderes y que se respetarán las libertades de expresión y prensa, pero evidenció que no tiene como una opción ir a una conversación política con los sectores de oposición. Para él, su bastón será los votos en las urnas. Y advirtió que si los legisladores de oposición intentan bloquear las reformas impulsará su destitución con el apoyo de la Corte Constitucional.