El presidente Rafael Correa expresó hoy simpatía por su homólogo de Honduras, Porfirio Lobo, con quien dialogó el jueves en Lima, pero insistió en que no reconocerá a su gobierno mientras no se castigue a quienes derrocaron a Manuel Zelaya.
Correa dijo que habló con Lobo durante un almuerzo ofrecido por el flamante presidente peruano Ollanta Humala tras su investidura en Lima, y señaló que le pareció “una buena persona”.
“Tuvimos oportunidad de conversar y me parece una persona sencilla, simpática, pero no se trata de simpatías o antipatías personales, sino de una posición de Estado”, indicó Correa, recordando que Ecuador se opuso al reingreso de Honduras a la Organización de Estados Americanos (OEA).
“No podemos permitir que después de tremendo golpe de estado los militares golpistas sean hasta gerentes de empresas públicas en Honduras y no pase nada. Eso significa impunidad”, añadió, en su informe semanal de labores.
Correa, que rompió relaciones con Honduras tras el derrocamiento de Zelaya, dijo que “hay que sentar precedentes para todos los golpistas que por medio de las armas, de la fuerza, tratan de conspirar contra gobiernos democráticos”.
El aislamiento internacional de Honduras terminó el pasado 1 de junio al ser readmitida por la OEA con el voto en contra de Ecuador, días después de que Zelaya retornara del exilio en República Dominicana. El retorno de Zelaya era la principal demanda de los países miembros del organismo interamericano.