Al Blackberry de Fernando Cordero llegó un mensaje de texto: “Dicen que está listo el decreto de muerte cruzada…”.
El Presidente de la Asamblea y Virgilio Hernández, coordinador de Alianza País, recibieron varios SMS y llamadas de sus coidearios hasta las 23:00 del miércoles 29 de septiembre. A esa hora salieron rumbo a Madrid, en un vuelo de LAN que se retrasó dos horas.Cuatro horas antes había dejado el recinto legislativo con el rumor de que el Presiente usaría la carta que le brinda la Constitución para disolver la Asamblea.
Esa tarde se había analizado el veto a la Ley de Servicio Público. Y hubo un desacuerdo en la bancada oficialista sobre dos de las 23mociones, en las que se dividió la objeción. Solo 19 de los 54 integrantes de Alianza País siguieron la disposición de Correa de subir la jornada de trabajo de los médicos y permitir el pago con bonos para las ‘renuncias obligatorias’.
Rafael Correa, vía celular, le reclamó a Cordero por “ser generosos con plata ajena”. Como no le habló sobre la muerte cruzada se sintió tranquilo y voló a Zaragoza para firmar un convenio. Y, luego ir a la cita de la Unión Interparlamentaria Mundial, en Suiza.Pese a ello, a Cordero y Hernández les preocupaba que “la muerte” los sorprendiera afuera. Tras 10 horas de viaje llegaron a Madrid (09:00 del jueves 30, en Quito). Activaron sus celulares con servicio de ‘roaming’ y los mensajes de texto de coidearios los angustiaron: “Golpe de Estado… La Policía se tomó la Asamblea…”.
Intentaron regresar. Pero las conexiones implicaban pérdida de tiempo en aeropuertos. Fue difícil telefonear a Quito.
Por fin, Cordero habló con Livia Rivas, su asistente. A las 15:00 de Ecuador se comunicó con Sandra Naranjo, la asistente del ‘Rafa’, como trata al Mandatario. Él lo llama ‘Corcho’ y a veces irónicamente ‘Presidente del Congreso’…
40 minutos después dio un mensaje al país vía ‘skype’, desde su Mac portátil. Recién el viernes, a las 07:00, de Quito, habló con Correa. La tensión de la llamada del miércoles se había diluido…
El ‘Corcho’ y Hernández regresaron el martes 5 de octubre, para la rueda de prensa en la que se mostró un video sobre las agresiones de la escolta a los legisladores.
Ese día, Cordero se enteró que la víspera Correa, el buró y sus asambleístas habían decidido que el Código de Planificación y Finanzas pasara por el ministerio de la Ley. Es decir, que no convocarían al Pleno por falta de seguridades, hasta que venciera el plazo del proyecto económico urgente.
Para el ‘Corcho’ eso era “la muerte lenta” de la Asamblea. Sabía que si aquello sucedía más críticas caerían sobre él: la reforma a la Ley de Hidrocarburos pasó de esa manera. Entonces propuso un acuerdo interbloques. La meta (73 votos a favor) se logró con ayuda de Paco Moncayo (A. Libertad) e independientes no influenciados por el PSC ni el PSP. Correa le telefoneó y ambos se felicitaron.
En la Presidencia de la República se confirmó la llegada de un ‘e-mail’ para Doris Soliz, ministra de Coordinación Política. En la carta, el ‘Corcho’ resaltó la apertura de Correa y agradeció a funcionarios de Senplades que, según se lee en ese ‘e-mail’, en otras leyes habían repetido que los acuerdos del Legislativo “desfiguraban los proyectos” que enviaban.
Cordero niega que el 30-S le haya obligado a retomar su liderazgo. Pero algunos legisladores insisten en que ese día marcó un viraje. El jueves, tras la reforma a la Ley de Seguridad Social, aprobada por unanimidad, Línder Altafuya (MPD) lo abrazó.
Moncayo cree que los oficialistas empiezan a dar muestras de entender el 30-S y corregir. La oposición dura vio los festejos con desconfianza. La supuesta apertura deja dudas a César Montúfar (Concertación Nacional).
Él recuerda que Cordero ya apareció como conciliador en la Ley de Medios, en diciembre, y los acuerdos nunca funcionaron. A su juicio, él es otra pieza del ajedrez de Correa. ¿Por cuánto tiempo más? La pregunta provoca silencios. A los oídos de Cordero llegaron versiones de que su vicepresidenta, Irina Cabezas, estaba interesada en su cargo…
Ella lo descarta y ratifica su lealtad con el proyecto, sin desconocer que ahora se siente más cerca del Jefe de Estado, por haber compartido con él las dramáticas horas en el hospital policial.
“Les invito a dejar el obstruccionismo. Es una invitación para mí también”. Con esa frase, pronunciada el jueves en el Pleno, Cordero busca abrir el diálogo.
Es consciente de que la agenda legislativa que se le viene es compleja: Código de la Producción, Ley de Aguas, de Educación Básica… Por eso propuso a la oposición empezar por analizar la Ley de Comunicación y “archivarla si no hay un acuerdo”.