Que Rafael Correa deja sin piso a la Asamblea por su grave intromisión. Que lo que está en disputa en Alianza País son cargos y puestos para las próximas elecciones. O que la misiva del Primer Mandatario y la respuesta del presidente del Legislativo, Fernando Cordero, no pasan de ser un intercambio efímero de opiniones.
El cruce de cartas entre las dos cabezas más altas del Estado se lee de diferente manera por asambleístas no afines al oficialismo: Enrique Herrería (ex Madera de Guerrero), María Paula Romo (Ruptura de los 25), Jimmy Pinoargote (independiente).
Ayer, en los pasillos del edificio legislativo, se comentaba sobre el trasfondo de la misiva a través de la que Correa rechazó los exhortos que acostumbra aprobar el Pleno. Ahí dijo a Cordero que la Asamblea se extralimita en sus funciones y pretende involucrarse en actos de la administración central por protagonismo.
Bajo esa premisa, ¿hay un ambiente propicio para que en el Ecuador se desate una pugna de poderes, como las tantas que recoge la historia política del país?
Romo cree que las cartas no pasan de lo anecdótico, puesto que la Asamblea que lidera Cordero no tiene posibilidades de bloquear ninguna ley ni alguna acción del Ejecutivo. La preocupación de esta legisladora va en sentido contrario, al reprochar a Carondelet por no respetar la separación de poderes.
Para Pinoargote, lo que está detrás de la carta es la intención de deslegitimar al Legislativo y a su Presidente. “Correa dijo yo mando aquí y Corcho no me mandes tus exhortos, esas tonterías”.
En el fondo, lo que el Primer Mandatario está haciendo es afilar una estrategia electoral, cuyo mensaje central es: “todo lo que sale de la Asamblea no sirve, por lo que solo resta esperar y en las próximas elecciones votar por él”. Esta estrategia golpea con fuerza a Alianza País que, según Pinoargote, vive una disputa interna por las próximas candidaturas.
El balde de agua fría que significó el martes por la tarde la difusión de la carta de Correa, se zanjó con otra, enviada por Cordero, mucho menos dura, lo que molestó a la oposición. Ayer, el titular de la Asamblea descartó cualquier posible pugna con su coideario.
Salió al paso de la prensa con cuatro ideas: admitió que la carta de Correa fue descortés; negó una pugna de poderes; aseguró que el Gobierno “mal usó su poder de veto a la Ley Legislativa”; y reiteró sus críticas a la Corte Constitucional por haberle dado al Ejecutivo la facultad de objetar esa ley.
Y si bien descartó un enfrentamiento político, dejó en evidencia una vez más, la falta de diálogo directo con el Mandatario.
Cordero confesó que jamás se había imaginado que el veto a la Ley Legislativa sería total. Por eso ya no le queda claro el papel que tiene Ministerio de Coordinación Política y la validez de las reuniones de los jueves con sus interlocutores en el bloque. “La relación con ese Ministerio se supone que es una decisión del Presidente, que lo creó. Betty Tola tenía la misma tesis que yo, no debía hacerse un veto global sino parcial”.
¿Quién preparó entonces el veto total a la Ley Legislativa? Las miradas apuntan al secretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera. Pero el funcionario ha evitado dar declaraciones públicas.
Dentro de Alianza País, hay voces que dicen que la carta de Correa no es para alarmarse. Gabriel Rivera señala que “hay verdades que duelen”, dando la razón a Correa, por lo inoficioso de los exhortos parlamentarios.
Pero Cordero, en la misiva a Correa, advierte que estas resoluciones “son una forma delicada de pronunciamiento de los parlamentarios”. Le aclara además a Correa que el poder es único y que existe separación de funciones, lo que hace posible ejercerlo.
Los dardos, ¿adónde?
Para legisladores del MPD, como Jorge Escala, la carta de Rafael Correa está dedicada al bloque de Alianza País, que “son los que más viajan”. Escala mostró cifras del Consejo de Administración Legislativa. Según el legislador, 2011, de 146 viajes, 52 fueron realizados por oficialistas, y 13 más por sus aliados.
Muchos exhortos también han salido del oficialismo. Pedro de la Cruz logró que se aceptara su propuesta de declarar a Jumandi, héroe y símbolo de la resistencia nacional. Mao Moreno hizo que el Pleno exhortara al Ministerio de Educación a reglamentar las seis horas pedagógicas diarias. Y Ma. Soledad Vela hizo nombrar a Pedernales cuna de la identidad ecuatoriana.
En marzo, el bloque oficialista logró que el salón apoyara vía resolución la candidatura al Nobel de la Paz del vicepresidente Lenín Moreno.
Repetidos han sido los episodios de enfrentamiento político entre el Congreso y el Ejecutivo
1979-1980
Jaime Roldós denunció la pugna de poderes con la entonces Cámara de Representantes. Desafió a su ex coideario Asaad Bucaram a un plebiscito que no se dio.
1984-1988
El Congreso, liderado por la ID y otras fuerzas de centro izquierda, dijo que iba a gobernar desde la oposición. León Febres Cordero era presidente.
1996-1998
El Parlamento destituyó a Abdalá Bucaram y nombró a Fabián Alarcón como interino. Se impidió que la vicepresidenta Rosalía Arteaga asumiera.
Abril del 2005
El PSC y la ID lideraron la oposición a Lucio Gutiérrez, y terminaron destituyéndolo. En la foto Cynthia Viteri, Ramiro Rivera (DP) y Xavier Sandoval (PSC).