Si la consulta se hubiese llevado a cabo hace una o dos semanas, las cifras habrían sido menores para el Sí y mayores para el No, según datos coincidentes de todas las encuestadoras. El Gobierno reaccionó con todas sus armas y demostró que sigue siendo bueno en campaña y que sabe rematar.
La falta de creatividad y el esquema repetitivo de la propaganda gubernamental se compensaron con la presencia permanente del presidente Rafael Correa en los medios y en la tarima, y por el uso y abuso de la propaganda y de los medios públicos. La oposición hizo un trabajo de hormiga y sorprendió con creatividad, pero se quedó sin municiones frente a una andanada que redujo el número de indecisos y recuperó votos para el Sí.
¿Valió la pena el esfuerzo? Uno de los objetivos políticos de la consulta era la relegitimación del Gobierno después de los sucesos del 30 de septiembre. Los datos de un ‘exit poll’ de la encuestadora oficial señalaron ayer un 61% de votos válidos a favor del Sí y de un 39% a favor del No, que cuando se ponderen junto a los sufragios nulos y blancos tendrán un peso de alrededor del 57% y el 36%, nada que se parezca a la paliza anunciada. Veamos qué pasó en anteriores llamados plebiscitarios: en abril del 2007, cuando se consultó la realización de la Asamblea Constituyente, el 81,72% votó afirmativamente y el 12,43% negativamente, mientras los blancos y nulos sumaron el 5,85%. Y cuando se puso a consideración de la población la nueva Constitución, en septiembre del 2008, el Sí obtuvo el 64%, el No el 28% y los blancos y nulos sumaron un 8%.
La consulta sobre la Constitución, al igual que la de ayer, en la práctica fue un voto de aprobación o desaprobación al Gobierno, con bajo conocimiento de los temas específicos consultados.
En un ambiente distinto al de festejos pasados, Correa reivindicó anoche un triunfo contundente en las 10 preguntas y en la mayoría de provincias. Ahora tiene toda la tarea por delante: en cuanto a las reformas contenidas en los cinco primeros textos consultados, el Gobierno asume la responsabilidad sobre lo que suceda en la integración del sistema judicial y, sobre todo, en el combate a la inseguridad ciudadana.
En cuanto al segundo bloque con las cinco preguntas, los temas aún deben convertirse en leyes, lo cual implica volver a pasar por una Asamblea cuyos integrantes pueden estar más dispuestos a reivindicar espacios propios.