El Consejo de Seguridad implica posición delicada para Ecuador

El canciller ecuatoriano Juan Carlos Holguín junto con la presidenta del Consejo de Seguridad, Barbara Woodward. Foto: Cortesía Cancillería

La Cancillería de Ecuador continúa con las negociaciones para fortalecer el apoyo a la candidatura del país y formar parte del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En junio, la Asamblea General de la ONU elegirá a cinco miembros no permanentes para el período 2023-2024.

El Consejo de Seguridad es el órgano que tiene la responsabilidad de velar por la paz y la seguridad internacionales. Integrarse a esta instancia mundial puede traer a Ecuador algunos beneficios, pero también efectos negativos, según los expertos consultados.

El organismo internacional tiene un total de 15 miembros. Cinco son permanentes y tienen poder de vetar decisiones: China, Francia, Rusia (en guerra con Ucrania), Reino Unido y Estados Unidos (EE.UU.). Los otros 10 miembros son no permanentes. Cada año se elige a cinco miembros no permanentes, según la distribución por regiones del mundo.

“Gran jornada en Naciones Unidas. Ecuador se ha ganado el apoyo de diferentes grupos para ser parte del Consejo de Seguridad, por su posición frente al conflicto bélico entre Rusia-Ucrania, su coherencia y compromiso con el multilateralismo”, destacaba el canciller Juan Carlos Holguín el 31 de marzo, tras finalizar su agenda de reuniones en Estados Unidos.

El apoyo

Producto de esas diligencias, Holguín obtuvo el apoyo del Grupo Regional de América Latina y el Caribe (Grulac) y del secretario General de la ONU, António Guterres, quien ratificó la posibilidad ganada para estar en el Consejo.

También hubo respaldo de la embajadora de Reino Unido, Barbara Woodward, presidenta del Consejo de Seguridad durante este mes. Además, el Gobierno mantiene relaciones bilaterales cercanas con China. Desde la Cancillería informaron que el proceso avanza y que se “ha recibido más adhesiones de países”. La institución indica que no puede hacer público los nombres de las naciones que se adhieren a esta causa.

El excanciller Luis Gallegos confía en que el país consiga los votos, pues se trata de un proceso donde “las campañas de elecciones son llevadas con canje de votos”.

Todos los Estados miembros están obligados a cumplir las decisiones del Consejo. Este puede imponer embargos, sanciones económicas o autorizar el uso de la fuerza para hacer cumplir los mandatos. Aquí es donde radica la importancia de la postura de Ecuador, si logra integrarse a este importante organismo.

Beneficios para Ecuador

“Ecuador indudablemente va a tener posiciones donde muchas veces no esté de acuerdo con todos”, dice Gallegos. No obstante, agrega que habrá beneficios en las relaciones bilaterales, Ecuador “bien puede ampliar su agenda, no solo con los países miembros del Consejo sino con otros miembros del mundo, a través de una diplomacia proactiva”.

José Ayala Lasso, excanciller, manifiesta que debido al poder de veto de Rusia hay “inoperancia” en el Consejo sobre el conflicto armado con Ucrania. Si hay medidas tibias o se quiere evitar problemas, no se entra al Consejo, precisó el diplomático.

Ayala Lasso cree que esto le permitirá exponer “con claridad sus puntos de vista sobre el respeto a la soberanía de los Estados y la necesidad de propiciar el diálogo diplomático sin recurrir nunca a la guerra. En consecuencia, puede permitirle tomar un alto prestigio por crear y creer en un conjunto de principios, base de la paz en la convivencia internacional”.

Efectos negativos

La de Ecuador será “una posición delicada en el sentido de que si hay una resolución que va a afectar a otros Estados de Naciones Unidas, podría darse algún tipo de retaliaciones en política exterior y de comercio internacional”, sostiene Michel Levi, analista internacional.

El analista internacional Daniel Crespo considera que no es un contexto favorable para Ecuador por la prolongación de la guerra. El país “podría ver lesionado sus intereses políticos y comerciales si es que se fuerza demasiado en una dirección u otra. EE.UU. va a ejercer cierta presión”.

Ecuador difícilmente podrá abstenerse en algunas decisiones, eso “va a tener un costo político”, según Crespo. Sugiere que las negociaciones deben reconfigurarse para ingresar al Consejo en la elección del 2023, porque “hay demasiado en juego” por una posición de corto tiempo.

Que EE.UU. promueva la candidatura de Ecuador puede verse como una alineación a su política exterior, la autonomía para tomar decisiones estaría atada y eso traería ciertas divergencias con otras potencias como China, analiza Levi.

Crespo refiere que un posicionamiento político opuesto a Rusia significará una “entrada comprometida” de los productos ecuatorianos cuando finalice el conflicto, pues no se consigue abrir nuevos mercados en un par de meses.

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