La jornada de la consulta popular en Manabí estuvo matizada con asistencia nutrida de sufragantes a las urnas.
En los 22 cantones de la provincia muchos electores dijeron que fueron a sufragar para obtener el certificado y no ser multados.
Juan Brito, residente en Manta, sabía muy poco sobre las 10 preguntas. “Ninguno de los grupos que apoyaban al Sí y al No supieron explicar al pueblo con un lenguaje más sencillo sobre esta consulta popular”, dijo Brito.
En el recinto electoral de la Universidad Técnica de Manabí (UTM), en Portoviejo, una persona de 65 años se desmayó debido al fuerte sol. El percance sucedió por la mañana.
En el cantón Jaramijó, la mayoría de los 9 000 votantes, el 80% de ellos pescadores artesanales, se confundieron a la hora de sufragar. Cuatro papeletas recibió cada elector. Esto, porque allí tres concejales afrontaban un proceso de revocatoria.
Los comerciantes informales tuvieron buenas ganancias. En Manta los propietarios de negocios laboraron como un día normal. Manuel Pachay llegó desde Montecristi. Se ubicó con su máquina de plastificar documentos en la unidad educativa Leonid Aviat en la parroquia Tarqui. Junto a él otras 12 personas plastificaban los certificados de votación. Varios niños hacían las veces de enganchadores para llevar a los votantes hacia sus improvisados negocios.
También los vendedores de comida y bocaditos aprovecharon la masiva presencia de gente para ofrecer sus productos.