La Conaie y la Asamblea entablaron un diálogo que, el jueves por la noche, se convirtió en el telón de cierre de 15 días de la larga caminata que se inició en Zamora.
Ayer, los indígenas dejaron la capital, luego de pedir al fiscal general, Galo Chiriboga, que se ponga un alto a lo que consideran la “persecución política a los líderes sociales”. Finalmente, el acercamiento con el Gobierno nunca se dio. Esta vez, no habrá mesas de diálogo ni foto con el Presidente.
¿La definición de una agenda de 19 puntos que parcialmente se analizará con el Poder Legislativo es el trofeo que la Conaie se lleva a sus comunidades, tras dos semanas de intensa caminata?
La respuesta que dan los indígenas, el Gobierno y otros sectores de la oposición es no. Detrás de la Marcha por la Vida hay un libreto mucho más amplio que la agenda programática que se construyó, a propósito de temas como la explotación de la minería a gran escala, la criminalización de la protesta social, o las leyes de Tierra y Aguas, pendientes de aprobar.
Ese libreto busca fortalecer el papel político que el movimiento indígena mantuvo desde 1990, y que tras el fracaso de la alianza electoral con Lucio Gutiérrez y el distanciamiento con el régimen de Rafael Correa, perdió protagonismo. La Conaie está segura que atraviesa por otros momentos y que es el momento de retomar sus fortaleza del pasado.
El Gobierno advierte que la otra agenda de esta organización es claramente electoral y, como así lo advierte a la prensa la ministra de la Política, Betty Tola, contaminada con afanes golpistas de sectores que ahora están cerca de sus bases y pueden echar al traste cualquier agenda legítima y de reivindicaciones. Para ella, los enfrentamiento que se dieron fuera de la Asamblea, antes de que Fernando Cordero y los indígenas dialogaran, es una señal que le preocupa. “No se puede conversar con los violentos”.
Por eso el Gobierno cree que mientras no se haga esa disección al interior de quienes protagonizaron la Marcha por la Vida, cualquier opción de diálogo muere. Hasta el momento, la Conaie no se ha referido a estos hechos, aunque acusó a la Policía de haber comenzado con las tensiones.
Por ahora no habrá más marchas en el país. La cúpula indígena vuelve a sus bases. Pero la movilización está latente.
Humberto Cholango, presidente de la Conaie, insiste en que el andar de los indígenas tiene una brújula: los 19 puntos programáticos que se construyeron, según indica, de manera programática. Pero Delfín Tenesaca, titular de la Ecuarunari, la organización base de la Sierra, lanza otra pista.
Se viene una convención nacional a mediados de año. Es decir en plena etapa de definiciones políticas y pre electorales.
Tenesaca cree que más allá de los puntos de diálogo les urge evaluar el mensaje político de la nutrida marcha que entró a Quito.
“Hemos conseguido que la gente tome conciencia y que el presidente Rafael Correa sepa que no todos estamos aplaudiendo a su gobierno ni que somos sumisos”.
Para este dirigente, la lucha social es una lucha política, que no debe ser desestimada ni por el Gobierno ni por la derecha.
El asambleísta César Montúfar (Concertación) resalta, precisamente, el carácter político que tuvo estos días de marchas liderados por la Conaie. “El movimiento indígena está recobrando su capacidad de movilización”. Para él esos es básico, porque la salud de la democracia ecuatoriana no puede conseguirse sin la participación de los indígenas.
Lo que sí le preocupa, es que la Conaie caiga en un espacio de exclusión de otras visiones, de otros actores. Para él son momentos muy difíciles los que vive el país, y las fuerzas democráticas, en su criterio, deben articularse en temas básicos. Uno de ellos es la libertad de expresión.
El prefecto de Zamora Chinchipe, principal impulsor de la marcha, está convencido de que el movimiento indígena tiene una agenda nacional y que esta no depende de la voluntad de diálogo del presidente Correa. “Miraremos más allá de febrero del 2013 (primera vuelta electoral). Estamos trabajando una agenda nacional que vaya mucho más allá”. Para Quishpe, el próximo mensaje político de la Conaie será en junio, en donde la campaña electoral pasará inadvertida.
La ruta de la Asamblea
Sobre las amnistías. El Pleno de la Asamblea está en capacidad de emitir una resolución para declarar la amnistía o indulto de quienes lo soliciten. En este caso, los indígenas, por los 204 procesos contra líderes sociales. La solicitud deberá dirigirse a Fernando Cordero y el Consejo de Administración de la Legislatura calificar su viabilidad.
La ley de Aguas. La Asamblea esperará que el Ejecutivo, en un mes, vete la Ley Legislativa que trata sobre la consulta no vinculante a las comunidades indígenas. Luego se convocará a ese proceso, previsto para mayo, y luego retomar el debate de la Ley de Recursos Hídricos.
La Ley de Tierras. De momento se presentó un proyecto de ley auspiciado por la Red Agraria (liderada por la Fenocin del asambleísta Pedro de la Cruz). En 180 días se avanzará en su trámite, cuando el CNE verifique las firmas de respaldo. La Conaie presentará algunos ejes sobre esta temática en cuanto a temas como tierra y territorio.