El expresidente aseguró que el distanciamiento del actual Mandatario con las facciones correístas es la causa del malestar social que se vive en las calles. Foto: Captura
En un mensaje difundido a través de su cuenta de Twitter, el expresidente Rafael Correa se solidarizó con las familias de los fallecidos, así como con las personas que han resultado heridas y detenidas durante la jornada de protestas que desde el pasado jueves 3 de octubre de 2019 se viven en Ecuador, en rechazo al decreto 883, que elimina los subsidios a los combustibles, entre otras medidas económicas.
“Nunca vamos a estar con la violencia, venga de donde venga”, aseguró el exmandatario. “O con cualquier cosa que denigre la dignidad de la persona humana, como tampoco vamos a aceptar que se desprecie a los más pobres: a nuestros indígenas. Aquellos que, en una vida que tiene que parar de ser tan dura, cuidan el agua y nuestros páramos, la tierra y sus frutos“.
“La fuerza pública tiene ya que aplicar la objeción de conciencia. No pueden seguir reprimiendo a sus hermanos, protegiendo no a la patria sino un gobierno acabado por su propia traición, mediocridad y entreguismo y que tendrá que responder por tanta represión“, agregó Correa.
El expresidente aseguró que el distanciamiento del actual Mandatario con las facciones correístas es la causa del malestar social que se vive en las calles. “Es (Lenín) Moreno quien rompió la democracia y la ley cuando traicionó el programa de gobierno vencedor en las urnas, que hubiera evitado todo lo que estamos pasando”.
En respuesta a las declaraciones, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) tildó al exmandatario de “miserable”. A través de su cuenta de Twitter, la organización rechazó “el oportunismo descarado, el correísmo nos criminalizó y asesinó a compañeros durante 10 años, hoy pretende aprovecharse de nuestra plataforma de lucha”.
“No olvidamos a José Tendetza, Bosco Wisuma, Fredy Taish, asesinados por su aparato estatal“, concluyó la Conaie en su publicación.
José Isidro Tendetza fue un líder shuar asesinado en diciembre de 2014. Su cuerpo fue hallado en un río del cantón El Pangui, Zamora Chinchipe, una zona minera. Sus pies y manos estaban atados. Él, junto con otros comuneros de su zona, libraban una batalla jurídica para evitar ser desalojados de sus tierras, en disputa con la empresa canadiense Ecuacorriente para la recién inaugurada planta minera a gran escala Mirador.
Bosco Wisuma era un profesor que el 30 de septiembre de 2009 murió en medio de protestas convocadas por las nacionalidades indígenas para rechazar la propuesta de Ley de Aguas promovida por el partido de Rafael Correa. Su muerte ocurrió en el puente sobre el río Upano. El informe forense concluyó que Wisuma murió por el impacto de perdigones y la Policía Nacional negó que se hayan utilizado este tipo de equipamiento para aquel operativo.
El Gobierno de ese entonces responsabilizó a José Acacho, presidente de la Federación de Indígenas Shuar del Ecuador (FISCH) y director de radio Arutam, por los incidentes. Según la justificación oficial, durante sus transmisiones radiales se hicieron llamados a la violencia.
En febrero de 2011, la Policía volvió a arrestar a Pepe Acacho, así como a los dirigentes indígenas Pedro Mashiant y Fidel Karinas, principal acusado del asesinato. Siete días después, una jueza de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha los puso en libertad. En 2013, Acacho y Mashiant fueron sentenciados por sabotaje y terrorismo organizado. En 2018, la Corte Nacional de Justicia negó sus recursos de casación, pero en la sentencia se cambió la figura de terrorismo por obstrucción de tráfico. En septiembre de 2018, Acacho volvió a ser detenido, pero Lenín Moreno emitió un indulto en octubre de ese mismo año.
Fredy Taish fue un indígena shuar que murió en noviembre de 2013 durante una incursión militar en el cantón Gualaquiza (Zamora Chinchipe) contra la minería ilegal. La versión oficial que emitió el Gobierno fue que Taish murió en medio de un enfrentamiento. El indígena había recibido un impacto de bala en el rostro.
Pero las versiones de testigos eran distintas a la explicación del Gobierno. Según relataron los mismos pobladores a organismos de derechos humanos, los militares habrían ingresado disparando y lanzando bombas lacrimógenas en una zona donde había niños y personas de la tercera edad. Según la autopsia, Taish recibió el impacto de una bala 9mm., de uso militar. Por esta razón, organizaciones de derechos humanos han señalado que podría tratarse de una ejecución extrajudicial.