Los indígenas de la Conaie se encuentran en vigilia permanente por la defensa de su sede. Foto: Archivo / EL COMERCIO.
Para un grupo de legisladores de Alianza País (AP), que están más hacia a la izquierda, la decisión del Ejecutivo de retirar el comodato de la sede de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) fue una mala estrategia política.
No solo que se colocó al movimiento verde en el centro de la crítica nacional e internacional, sino que permitió la ‘victimización’ de un grupo de dirigentes indígenas.
Además, se dio lugar a una discusión infructuosa al interior del movimiento. No han mantenido una reunión formal de la bancada oficialista para tratar el tema como suele ocurrir cada vez que hay asuntos delicados de la política. Pero algunos legisladores reconocieron que han sido parte de fuertes discusiones en instancias no decisivas.
Ante los micrófonos, los oficialistas aseguran que la Conaie no significa una piedra en el zapato para su proyecto político. Sin embargo, dos capítulos revelan cómo el tema no está lejano de ser espinoso para Alianza País.
El 17 de diciembre, Lourdes Tibán, de Pachakutik, pidió que el orden del Pleno tratara el desalojo de la Conaie antes de aprobar la Ley de Telecomunicaciones. En ese momento, la bancada oficialista se dividió como nunca antes: 28 del bloque oficialista se abstuvieron.
El 18 de diciembre, el presidente Rafael Correa reprendió públicamente, en una convención en el sur de Quito, a legisladores que se solidarizaron con la propuesta de Tibán. Incluso, calificó el hecho como una “puñalada en la espalda”.Desde entonces, ya nadie de AP quiere tratar el tema.
Líderes indígenas destacan que durante 8 años del proyecto de la revolución ciudadana, la Conaie ha sido una de las organizaciones que no ha declinado su posición y que ha ejercido el derecho a la resistencia con apoyo de la ciudadanía.
Por ello sí se consideran un actor incómodo para el Gobierno. “La Conaie ha sido una complicación porque no se amolda a las necesidades y políticas gubernamentales destinadas a ‘recentralizar’ en el aparato del Estado la toma de decisiones”, dijo el catedrático de la U. Andina, Pablo Ospina.
Recordó, además, que en los albores del proyecto de AP, la Conaie apoyó al Gobierno. Pero cambió luego de que se aprobara la Constitución del 2008. A partir de esa fecha, -dijo- se experimentó un alejamiento paulatino por puntos de discrepancia como el sistema de educación bilingüe, minería, y las leyes de Tierras y de Aguas.
“El Gobierno ha quedado muy mal parado frente a la opinión pública progresista internacional”, señaló Ospina al recordar las expresiones de rechazo de los círculos intelectuales y de Derechos Humanos a nivel de la región.
A la espera del Presidente
La ausencia del Primer Mandatario, quien está de gira en China, tiene al oficialismo sin un norte sobre el comodato. Así lo reconocen fuera del grabador algunos asambleístas, quienes esperan su regreso para definir alguna estrategia.
Paola Pabón, por ejemplo, recordó que la decisión de retirar el comodato fue exclusiva del Ejecutivo y que cada una de las funciones debe “asumir sus responsabilidades”. Recalcó que, más allá de las apreciaciones personales, no cabe un pronunciamiento como bancada y por eso el tema no ha sido reflexionado al interior.
“La Conaie no es una piedra en el zapato pues electoralmente no tiene empatía con los votantes”. Dijo que eso demuestra que son actores políticos de oposición pero que no han logrado capitalizar ni sintonizarse con las grandes mayorías.
“No se trata de ser una piedra en el zapato del oficialismo”, aseguró el presidente de la Conaie Jorge Herrera. Recordó que apoyaron el proyecto político pero que se ha dado una desvinculación con el espíritu inicial. Dijo que el Gobierno ha venido golpeando los derechos colectivos y se pretende terminar con estructuras históricas.
El asambleísta de Chimborazo, Gilberto Guamangate (AP) dijo que la intención en un futuro es tener una gran convención nacional indígena en apoyo al proyecto político. Él pide hacer una diferencia entre la Conaie y cierta dirigencia, “que no representan a la base”.
En contexto
La ministra de Inclusión Económica y Social (MIES), Betty Tola anunció a inicios de semana que no se desalojará, por el momento, a la Conaie de su sede en Quito. En dos meses deben resolver el recurso de reposición que presentaron en diciembre los indígenas.