Cinco años atrás, Rafael Correa Delgado decidió acercarse a la República Islámica de Irán. Sin dudarlo invitó al presidente Mahmoud Ahmadinejad para que asistiera a los actos de su posesión, el 15 de enero del 2007.
Ese día ambos tomaron su primer contacto directo y se comprometieron a profundizar las relaciones bilaterales.
Desde entonces, durante ya cinco años, el nivel de acercamiento entre ambos países se ha intensificado, con visitas de altos funcionarios a Ecuador e Irán, así como con la apertura de embajadas en Quito y en Teherán.
La justificación que el gobierno de Correa ha ensayado para incrementar los lazos bilaterales con Irán es una: diversificar sus mercados para potenciar su política comercial.
A tres días de que Mahmud Ahmadinejad regrese a Quito en visita oficial, el Gobierno ecuatoriano vuelve a señalar que la integración comercial es el tema que dominará la agenda entre los mandatarios.
Sin embargo, luego de cinco años, las cifras oficiales evidencian que el comercio entre Ecuador e Irán no ha despegado.
Según el Instituto de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Proecuador), hasta octubre del 2011, las exportaciones al país persa llegaron a USD 945 000 (ver gráfico).
Esa cifra representa el 0,16% de las ventas que el país realiza a Rusia, otro país asiático.
“La relación comercial con Irán aún es incipiente”. Esas son las palabras que Alexis Valencia, ex subsecretario de Comercio Exterior, utiliza para describir el intercambio comercial bilateral.
Hay dos razones para que el comercio bilateral no haya fluido. Uno, las dificultades de pago que tiene Irán por las sanciones financieras a las que está sometido por las sospechas de sus programas de energía nuclear. Y dos, por las dificultades logísticas para que los productos ecuatorianos lleguen a su destino.
“Esos factores han imposibilitado que el comercio se amplíe”, explica Valencia, ex funcionario de este Gobierno.
La inversión directa de Irán a Ecuador tampoco ha tomado vuelo en este lustro de relaciones.
Eso se evidencia en las cifras de Proecuador, que muestran que en los últimos cinco años el mayor monto de inversión persa al Ecuador fue de USD 12 740, en el 2010 (ver gráfico).
Esa cifra equivale al 0,14% de la inversión que, por ejemplo realizó en ese año Turquía.
Una explicación a la reducida inversión es que, de momento, no se ha concretado el financiamiento de ningún proyecto en el campo energético, como se había señalado.
Ecuador había mencionado que Irán pudiera financiar la construcción de la Refinería del Pacífico, pero la iniciativa no cuajó. Una suerte similar ocurrió con el proyecto hidroeléctrico Quijos- Baeza que, finalmente, se realizará con recursos chinos.
Una visita con significado geopolítico
Si el comercio bilateral es reducido entre los gobiernos de Ecuador e Irán, ¿cuál es el verdadero objetivo de la visita oficial de Ahmadinejad a este país? Es la pregunta que ronda.
El ex canciller Francisco Carrión explica que cuando dos países desean tratar asuntos comerciales pueden hacerlo a nivel de ministros. “Cuando un Jefe de Estado se desplaza a nuestro país es porque hay intereses más allá de los comerciales que defender, como los intereses geopolíticos”.
La prensa oficial iraní evidenció que la gira de Ahmadinejad a Venezuela, Nicaragua, Cuba y Ecuador tiene una alta dosis política, en una temporada en que Irán vive momentos de tensión con Occidente por sus programas de energía nuclear.
La agencia oficial Irna citó declaraciones del líder iraní a propósito de su llegada a Quito.
En esencia, el despacho señaló que ambos países comparten los mismos “principios e ideales”. “Irán y Ecuador protegerán su soberanía y vencerán a las potencias hegemónicas”, fueron las expresiones del Presidente iraní.
Según Morteza Khalaj, embajador de Irán en Nicaragua, la gira de Ahmadinejad tiene un interés estratégico de mantener excelentes relaciones con países “independientes”.
Y Khalaj continuó: “En América Latina hay países muy activos entre los países No Alineados, y las relaciones con ellos para nosotros son de gran importancia. Entre ellos están Bolivia, Ecuador, Venezuela, Nicaragua (..)”, aseguró el diplomático a El Nuevo Diario de Nicaragua.
Desde que Ahmadinejad llegó al poder en el 2005, su política exterior en América Latina se ha enfocado en estrechar lazos con países de la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alaba), un organismo que tiene un fuerte discurso antiimperialista.
En el 2007 llegó a la investidura del presidente Rafael Correa, en el 2009 visitó Venezuela y Bolivia. Y en este año repetirá su presencia en Caracas (Venezuela), Managua (Nicaragua) y Quito, capital de Ecuador, y llegará por primera vez a La Habana, (Cuba).
En el último mes del 2008, el Primer Mandatario ecuatoriano estuvo durante cuatro días en Irán. Además, el presidente Rafael Correa mantuvo reuniones con el ministro de Defensa y el principal de las Fuerzas Armadas de Irán Mostafa Mohamad Najar. Dialogaron sobre la industria militar.
En el 2009, Ahmadinejad también estuvo en Brasil, en el marco de una reunión con el ex presidente Lula da Silva, quien según declaró deseaba que su país tenga un papel clave en los diálogos de paz en Medio Oriente.
Ante la visita del presidente iraní, Estados Unidos no ha dudado en advertir que no es el momento de “profundizar” vínculos con Teherán, al que acusa de no cumplir sus obligaciones en el campo militar.
Según Washington, Ahmadinejad está interesado en expandir su influencia en América Latina a través de esta gira.
La agenda en Quito
El presidente Mahmud Ahmadinejad y su comitiva arribarán el próximo jueves a la Base Aérea Militar Simón Bolívar, de Guayaquil. Y, posteriormente, se trasladarán a Quito.
Más tarde está previsto que Ahmadinejad se reúna con su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa, en el Palacio de Carondelet. También se prevé que sus respectivas delegaciones ministeriales dialoguen. A las 18:35, el visitante se entrevistará con Fernando Cordero, presidente de la Asamblea Nacional.
Los temas a tratar van en el ámbito de lo político, comercial, cultural, salud, entre otros. Los presidentes harán una declaración conjunta a la prensa.
Quintero recuerda a EE.UU. que ‘no tienen que pedir permiso para recibir visitantes’
El subsecretario ecuatoriano de Asia, África y Oceanía, Rafael Quintero, se pronuncia ante la advertencia realizada por Estados Unidos.
A este Diario le comentó estar muy sorprendido de que un país que se crea con el derecho de decir a otros países cuándo debe recibir a visitantes.
Quintero respondió así a la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, cuando dijo que dejaban absolutamente claro a los países en todo el mundo, que ahora no es momento de empezar a profundizar lazos ni de seguridad ni económicos con Irán.
Nuland señaló que Irán tiene que elegir: o permanece aislado internacionalmente o cumple con sus obligaciones y empieza a cooperar para reincorporarse a la comunidad de naciones.
Ante esas palabras, el socialista Quintero aclaró una vez más que Ecuador es un país soberano y que, por tanto, desarrolla su política exterior de acuerdo con la definición de sus intereses estratégicos.
El diplomático ecuatoriano aseguró que el país no tenía que pedir ninguna autorización a un tercero para delinear su política internacional. “Nosotros no le decimos a EE.UU. lo que tiene que hacer, tiene que aprender a respetar a sus vecinos y no atreverse a dar esos tipos de advertencias”.
Sin embargo, Quintero, a cargo del manejo de estos temas en la Cancillería, no dejó de señalar que conocen que “ la situación de Medio Oriente puede ser muy inflamable en el corto tiempo”. No especificó qué temas constarán en la agenda en el encuentro del presidente Rafael Correa y Mahmud Ahmadinejad, pues ambos estarán abiertos a tratar diferentes temáticas.
En diciembre del 2008, Correa fue recíproco con Ahmadinejad, quien asistió a su posesión, en Quito, en el 2007.
Correa visitó Irán con empresarios ecuatorianos además de algunos ministros. En esa época lo acompañaron la canciller María Isabel Salvador y las cabezas de los ministerios de Defensa (Javier Ponce), Minas y Petróleo, Agricultura y el secretario nacional de Planificación y Desarrollo.
Así como los ministros coordinadores de Sectores Estratégicos y de la Producción.