Juan Pablo Pozo, titular del Consejo Nacional Electoral. Foto: Archivo EL COMERCIO
El proceso de escrutinios en el 2017 será más simple. El cambio fundamental, desde las generales de 2013, hasta los comicios de febrero próximo, será la ausencia de las juntas intermedias de escrutinio (JIE), según anunció el Consejo Nacional Electoral (CNE).
El nuevo proceso se denomina “sistema de transmisión y presentación de resultados”.
Otra diferencia es que el software para los distintos sistemas y subsistemas de cada fase electoral es desarrollado por técnicos del mismo CNE. Antes se contrataban empresas foráneas.
Diego Tello, coordinador de Procesos Electorales, aclara que esto no implica empezar desde cero, sino que se trata de modificaciones y refuerzos a los sistemas anteriores. Para esto, como lo contempla el Plan Operativo, se contratarán técnicos extras, en las etapas que sea necesario.
En el sistema de escrutinios también habrá una variación sobre todo en lo operativo.
Las actas con los resultados oficiales serán escaneadas y transmitidas desde 1 818 recintos de transmisión y publicación (RTPA).
La imagen del documento llegará a los centros de procesamiento de resultados (CPR). Hay uno por provincia. Estos contarán con estaciones de digitación, control de calidad, archivo y soporte técnico.
El personal y equipos requeridos en cada centro aún deben ser validados, de acuerdo con la cantidad de autoridades a elegir en cada circunscripción.
Por ejemplo, en Azuay se estudia tener 114 RTPA y en el CPR habría 54 estaciones de digitación, 15 de control de calidad, cinco archivadores y nueve de soporte técnico. En total 83 personas.
Para evitar manipulaciones, la imagen escaneada se dividirá en fragmentos. Así los digitadores no sabrán a qué candidato o lista pertenece la cifra que están ingresando.
También se usará a la vez un sistema de reconocimiento inteligente de caracteres, que ingresará automáticamente los mismos dígitos. En caso de que haya inconsistencias entre lo ingresado manual y automáticamente, esa cifra pasará a control de calidad.
Para esta transmisión se utilizarán 2 000 escáneres, donados por la Agencia de Cooperación Coreana, que llegarán más adelante, como advirtió Juan Pablo Pozo, titular del CNE. Además, comentó que podrían también ser utilizados para el conteo rápido oficial.
Tello explica que en las últimas elecciones generales hubo 76 JIE, que eran entidades administrativas, con vocales designados para que procesen la información y validen las actas. Y estas actas eran trasladadas hasta allí por personal policial o militar.
Pero además a estos lugares no tenían acceso los delegados de las organizaciones políticas. Y después la información debía ir a la Junta Provincial Electoral y finalmente al centro de consolidación en la matriz del CNE.
El objetivo ahora es que los RTPA y CPR eviten ese movimiento manual de actas. Y Pozo recordó que las JIE se eliminaron bajo un pedido específico de los partidos y movimientos. En 2017, los 24 CPR contarán con un área designada para medios y para los delegados políticos.
Los recintos que no cuenten con un RTPA sí deberán movilizar sus actas al lugar más cercano que posea uno, a un máximo de 30 minutos de distancia. Pero Tello señala que la cifra será mínima, ya que el 50% de recintos concentra el 90% de las juntas. Y todas las actas escaneadas, con o sin inconsistencias, serán a la vez publicadas en la web del CNE.
Finalmente, los resultados se consolidarán en la matriz, en Quito. Este centro de operaciones contará con una red cerrada institucional y un sistema de seguridad por definir.
Además, tendrá un centro de respaldo, como en elecciones anteriores, para que, en caso de problemas técnicos, el servidor pueda ser reemplazado. Este sistema deberá ser auditado, probado y sellado previo a las elecciones.
Pero por seguridad las organizaciones políticas no podrán acceder ese día al centro de consolidación. Ya que esto según Tello implicaría una vulnerabilidad interna. Precisamente las organizaciones políticas que conforman el Acuerdo Nacional por la Transparencia de las Elecciones han criticado ya el “secretismo” sobre los sistemas.
Pero para Pozo todos los procesos y sistemas son mejorables. Aunque reconoció que la administración pasada contrató un sistema integrado electoral que ocasionó problemas, por lo que tuvo que ser cambiado. Por eso insistió en que la apuesta para 2017 es que todo sea hecho por el CNE.
En contexto
Tras los problemas en las elecciones de 2013, el CNE demandó a la empresa que implementó la plataforma con los sistemas electorales. Y en este año, calificado de austeridad, precisamente la mayor reducción en el presupuesto electoral fue en el área informática.